miércoles, 16 de julio de 2014

Guilty mind. For what is a man, what has he got?

El corazón es el órgano que decide cuando se vive y cuando se muere cuando se vive y se deja de sentir, pero es la mente la que consigue que te hagas el muerto o que parezca que estás enamorado, y ahí tengo que felicitarte.

No eres un rival digno, no eres una persona honrada pero perfectamente sabes cuales son las reglas de este juego en el que todo vale.  Nadie se hace grande sin los que le acompañan a su lado, y por eso siempre fuiste el más bajito. ¿Quién te mantea o te sube a hombros? ¿Tu corazón? ¿Tus rimas? Ni lo sueñes.
La vida es esa serie de sandeces que acabas recordando con cariño y las llamas recuerdos, cada segundo, cada sonrisa y cada lágrima, cada una de las letras de tus versos es un recuerdo inolvidable de una historia de amor inventada, un victimismo antinatural propio del más digno de los estafadores, el estafador del corazón. Se llama burdel y no castillo, preservativos y no carmín, whisky y no ron, culpabilidad y no humo, y así describiendo cada una de las partes de tus vulgares despertares más propios de un alcohólico que de un enamorado.

La mente del ser humano puede ser tan maravillosa que es capaz de crear tantas mentiras para esconder la verdadera verdad que se acaba olvidando de esta última para adoptar a las mentiras como una realidad, y siempre que lo haga tu mente, la harán la de los demás. Pero existe un simple problema…el mundo real, el que se sale del papel, el que son edificios, calles, peleas, alcohol y drogas, el que te da un puñetazo de vez en cuando para mostrarte que tu mundo es el hazmerreír del resto, que ni Andersen haría un cuento con eso.
La triquiñuela del disparo en la orilla ya ha dejado de funcionar, las noches de Luna y clavel ya no son lo que eran. Y cuando el fin se acerque, no tendrás el valor para correr la última cortina. Amigo, claramente, has elegido los pasos que querías dar, has vivido tu vida de idiota y has viajado por todas las autopistas, eso sí, siempre a tu manera.

Tendrás muchos arrepentimientos, pero jamás querrás destapar tus mentiras y siempre creerás haber hecho lo correcto, lo que seguía tus planes, y aquello que tan bien te ha salido a lo largo de tu camino. Pero si recuerdas, hubo un tiempo, que seguro que recuerdas, que mordiste más de lo que masticabas, que elegías todo ante la duda, que te pasaste del límite y dejaste de ser tú mismo.





    Te convertiste en lo que eres ahora, pero eso sí, siempre…A tu manera.

Just time

Sigo sin entender qué clase de magia tiene el tiempo para colocar cada cosa en su sitio, para curar la mayoría de las heridas y pasar tan tranquilo por la vida de los demás. No el tiempo del Sol, la lluvia y el viento capaz de mover a los mayores navíos de la historia capitaneados por piratas vulgares ocupados por marineros de agua dulce, no, ese tiempo no. El tiempo de la vida, el de los años, el de los milenios, el único capaz de contener la respuesta del origen del ser humano. El padre tiempo, creado por la mitología, una figura que controlaba todo desde su reloj de arena, sentado en su trono con su larga barba y su enorme bastón de madera, gran figura. El tiempo es un padre de verdad, el tiempo está desde nuestro nacimiento, durante todo nuestro viaje, desde los días de lluvia hasta los días debajo del Sol cegador.

Todos queremos a ese compañero de viaje, de aventuras, esa otra espada en la batalla, ese amor imposible, menos el del poeta que se ve que últimamente le late todo más rápido de lo normal, no hace falta buscar, no hace falta mirar de lado a lado, simplemente hay que vivir a ese compañero de viaje porque es el que nunca va a separarse de nosotros. Todo es un ciclo sin fin, ese que lo envuelve todo, es el tiempo, es el que ha visto nacer a nuestra especia, es el que ha visto a Napoleón crear su imperio, a Hitler perder otra Guerra, a Putin invadir Ucrania. Es el mismo tiempo el que ha curado cada una de las heridas que nos han provocado física, psicológica y sentimentalmente.

Unos aman al tiempo por devolverles las ganas de vivir, otros matan el tiempo para que pase más rápido, y otros le imploran que se detenga. Es el tiempo el que seca las lágrimas cuando se ha ido el príncipe azul, y también es él el que trae otro, otro y otro, hasta que llega el último día, el día en el que el príncipe azul no está, y si está, nos alejamos de él para siempre, ¿o no?



Si el tiempo cura todas las heridas, y un clavo saca otro clavo... ¿El tiempo es el príncipe azul?