jueves, 29 de marzo de 2012

El bajo cojo que vio mundo

Soy yo, y estoy aquí.
Nunca se sintió tan orgulloso de decir esas palabras. Salió de su caja de arena y vio el verdadero mundo que se escondía detrás de la puerta, ¿o el que se escondía era él? Nunca le importó saberlo.
Siempre bajito, ese era su mayor complejo, ver como los demás pasaban una y otra vez por encima de él, y lo peor de todo, cuando le decían que no tenía edad de salir.
Eso le reventaba, nunca había odiado más a alguien que no fuese a su propia sombra, la que guardaba las llaves.
Creció entre los periódicos mojados del suelo y las piedrecillas que salían de los zapatos de los viajeros. Lo peor fue el día que se tropezó, peculiar historia pero demasiado larga, simplemente desde ese día, cojea.
Bajo y cojo, era un castigo inmerecido pero él no se quejaba, salía a trabajar todos los días, cogía el periódico y corría de nuevo para entrar en casa.
Pero un día se hartó, y se escapó, cogió el tren, y conoció mundo, París, Roma, Londres, Munich, demasiado mundo para un bajo cojo.
Y n día se cayó al suelo, abrió los ojos y seguía en casa, ¿qué había pasado?, se preguntaba, pero no supo obtener respuesta.
Creyó ver mundo, pero seguía encerrado en ese agujero oscuro.
Pero esta vez no estaban papá y mamá, se levantó de la cama y no estaba tampoco Sombra, que se había dejado las llaves en la mesilla.
Pero le daba miedo coger las llaves, ¿qué ironía verdad?
Pero en un ataque de valentía las cogió de la maldita mesilla y corrió hacia la puerta.
Abrió la puerta y salió de su cárcel, pero solo logró ver los pies gigantes, y más periódicos, ¿había salido de casa?, pues sí, y anduvo y anduvo demasiado, conoció gente, y los asesinó, murió de hambre y de sed, pero le ayudaron, pero un día, sin pensarlo, se durmió, cosa que llevaba sin hacer días y días. Un sueño demasiado profundo, pero al fin despertó.
Al abrir los ojos, seguían sin estar papá y mamá, ni el abuelo contando sus batallitas, tampoco estaba la abuela cosiendo ese jersey que siempre le daba tanto calor y le quedaba grande, mucho menos veía al coronel, o tío Phill, como le llamaban los demás.
Pero si estaba Sombra, ahí a su lado, y le dijo:
-         Ratoncito, esta vez sí has visto mundo.


Lesson Nº 25... ¿Brother?

Mario despertó tumbado en el sofá de su casa, y con una nota en la mesilla, era la letra de su mujer pero eso era lo único que podía distinguir, no recordaba nada de lo que había pasado en las últimas 24 horas. La televisión estaba encendida, tampoco distinguía mucho la imagen pero sí se escuchaba algo, eran las noticias; ‘’ ¿yo viendo las noticias?’’ pensó.
Poco a poco recuperaba la vista, ya podía ver su ventana, la puerta del salón, podía ver bien. En ese momento se acordó de la nota y la cogió de la mesilla, leyó: ‘’ Lo siento, no puedo más, me voy a casa de mi madre. Firmado: Lucía’’
Mario no entendía nada, cogió su móvil y marcó a Dimitri, pero no respondía.
Entonces, como urgencia, marcó a su hermano.
-         ¿Sí?
-         Gennaro, te necesito.
-         Mi hermano arrastrándose ante mí, qué día más completo.
-         No estoy de broma.
-         Ahora voy. ¿Pero tienes Canal plus?
-         Sí, ¿por?
-         Ya voy.
Escaso 20 minutos después, Gennaro apareció por la puerta.
-         ¿Qué hace abierta?
-         No lo sé acabo de despertarme en el sofá y mira la nota de Lucía.
-         ¿Qué ha pasado?
-         Eso mismo quiero saber yo… Y Dimitri no coge el teléfono.
-         Estará ocupado.
-         ¿Dónde? Si no conoce la ciudad.
-         No lo sé. Pon Canal plus.
-         A ver…
-         ¡Toma! Va ganando la Roma.
-         ¿Vas a ver el fútbol?
-         Sí, dios De Rossi que pasada de tío, ha metido 2…
En ese momento, empezó a sonar el móvil de Gennaro, y este colgó.
-         ¿No lo coges?
-         Estoy viendo el partido…Bueno, voy al baño…
Dejó el móvil en la mesilla. Cuando se cerró la puerta en el baño, sonó otra vez el móvil, pero esta vez era un mensaje.
Mario, inseguro, cogió el móvil…
Observó la conversación, para enterarse:
‘’ A las 2:30 en el Fernández Arias recogen a tu hermano’’
‘’ Allí estaré’’
‘’ Sal ya’’
‘’ Misión cumplida’’
La cara de Mario cambió de color al leer el nuevo mensaje, eran de Adolfo…
‘’ Bien, ahora mata a tu hermano’’ 

martes, 27 de marzo de 2012

No soy así...

Comprobado está que de la gloria al fracaso hay un solo paso, como del amor al odio y del cielo al infierno.
Un puto paso, una recuperación, abrir a la banda y una pared que no salió.
Una tarde que prometía, sol, amigos, futbol, ¿qué más podía pedir? Pues una rodilla.
Nunca he podido presumir de confianza, de hecho soy el último que me colocaría en un 11 titular. Pero esa era, esa sí que era mi tarde.
Volvía de un viaje interminable, un viaje deseado, del mismísimo cielo, de un 5-1 grabado en la memoria. Volvía a mi casa, a mi sitio, atrás o adelante, pero en ese mismo cemento de todos los fines de semana, muy tranquilo cada uno de ellos.
Volvían los tangos portugueses, volvían las locuras al campo, la canción número 16 de CD comenzaba a sonar, la tarde perfecta.
8 dianas, pero aún así pude hacerlo mejor, y de nuevo volví a traicionarme a mí mismo.
Primero me avisó el de siempre, el que aparece justo cuando menos le necesito, cuando mejor van las cosas, volvió el pinchazo, me dijo ‘’para, no puedes con esto’’.
Pero era mi día, no podía parar y dejó de avisar, se hizo inmune a mis carreras, tal vez dejé de centrarme en él, pero mi tobillo se calló.
Golpes, patadas, empujones, carreras, caídas, goles, disparos que llegan al mismísimo Olimpo, de eso trata el fútbol.
Y en un nuevo arranque, esas jugadas que tanto miedo me dan, esos contraataques que tanto me gustan, que tanto ansío en cada partido, nunca quiero ser víctima de ellos, pero una carrera más forzada de la cuenta, poner el cuerpo y recuperar el balón, levantar la cabeza sabiendo que la pelota está a salvo contigo, ver al mejor aliado en el cemento, al loco entre los locos, con una sola mirada, saber que nos toca, que esta es una de las nuestras, soltar el balón sin pensar y acelerar para una carrera más pero…¡ CRACK!
Esto no es normal, pero seguir corriendo lo cura todo hasta que…¡CRACK!
De nuevo el mismo ruido, en el mismo sitio, parar, parar, parar.
Y sé que me tengo que olvidar, que tengo que aprender a controlar las ganas de volver, de rozar de nuevo un balón, de levantarme de esta silla.
Tengo que aprender a medir mis fuerzas.
Pero no me voy a rendir, esta vez no, no soy así, no seré ni Zidane ni Maradonna, simplemente soy yo y no es necesario más explicaciones, simplemente disfruto viendo el fútbol, disfruto jugándolo, pero no de cualquier manera.
Siempre necesito a mi punta italiano siempre atento, a alguien que dirija, un vasco tal vez, y un loco, alguien de quien aprender a vivir, a jugar, a atacar y defender.
Simplemente necesito que esto pase rápido.

Lesson Nº 24...Think

El cadáver de Dimitri quedó enterrado bajo la basura de aquel oscuro callejón, mientras el coche se alejaba.
A la vez, en la otra punta de la ciudad Mario despertaba del profundo sueño en el que había entrado tras el pinchazo.
     -    ¿Dónde estoy?
     -     Donde tú quieras estar…
     -     No, en serio….
     -     ¿No sabes quién soy? Por Dios, Dani, con lo que hemos pasado…
     -     ¿Dani?
     -     ¿No te habrás olvidado de tu nombre no?
     -     Me llamo Mario Hernanes.
     -     Te llamas Danielle Nocerino, naciste en Roma.
     -     ¡Nunca!
En ese momento, de nuevo por la espalda, volvieron a inyectar algo a Mario, o Danielle, y este se quedó dormido de nuevo.
-         Adolfo…
-         Dime
-         Creo que no se acuerda de quien es.
-         ¿Cómo no va a acordarse?
-         Pues por el simple hecho de que niega su nombre.
-         Tú en su lugar también lo negarías.
-         No lo negaría.
-         No me hagas reír, bueno, llevadlo a su casa y pegadle al tobillo el chip.
-         ¿Para qué?
-         Para saber a dónde va.
-         No creo que vaya lejos.
-         Cuando se entere de la muerte de Dimitri, lo primero que hará será volver a Italia.
-         Puede ser pero allí todos creen que está muerto.
-         Olvidas a Gennaro.
-         Adolfo, Gennaro contactará con ellos.
-         No creo que quieran verle si averiguan que Dimitri ha muerto por su culpa.
-         ¿Cómo?
-         Sí, él le delató.
Adolfo le guiñó el ojo.


martes, 20 de marzo de 2012

¡Corten!

Hay muchas maneras de describir a las personas, podemos empezar por los pies, o podemos empezar por la cabeza aunque a más de uno le falte.
Pero al fin y al cabo somos iguales como dijo el más grande.
Creo que existe una legendaria excepción, esa que confirma la regla, esa que se rodea de sus vasallos, nuevos y ‘’viejos’’, que se cree el rey del mundo, pero cuando le miran esos ojos azules que le conocen de verdad, se estremece, se empequeñece, es el objeto de su propia burla, de lo que critica, de lo que no desea, de su ‘’odiada’’ hipocresía.
No se pueden soportar los gritos de tantas personas a la vez diciéndote que te vayas al teatro, lo digo por experiencia. No puedes soportar, ¿una mirada?
Será que me quieres, me aprecias, me respetas, me idolatras, lo sé de sobra, no me hacen falta tus caricias en mi espalda, la tengo bien cubierta.
Pero nunca he logrado entender el truco, nunca he logrado saber cómo cambias de parecer tan rápido.
Siento que esto suene ofensivo, de nuevo mi espíritu provocador me traiciona y me hace escribir en 2º y no en 3º persona.
No te voy a dar lecciones, no puedo enseñarte a ser yo, a aguantar la presión, a saber cada día que me levanto que no soy mejor que nadie pero nadie es mejor que yo.
No soy quien para enseñarte nada, está claro que nunca habrá nadie como yo, el único, The Special One que se dice por ahí.
Esta vez la frase cambia, no soy yo, eres tú.

Al fin y al cabo siempre he pensado que eras una marioneta.

Lesson Nº 23... Traitor

Mario se dirigió  la puerta del colegio, para esperar a Dimitri. Un coche azul oscuro, exactamente igual que el de Dimitri aparcó en la puerta, Mario estaba inseguro, era irónico que fuese profesor de historia, que recordase mejor las fechas de las batallas de la II Guerra Mundial mejor que los cumpleaños de sus amigos, y no fuese capaz de memorizar la matrícula del coche de su mejor amigo, pero en ese momento el coche pitó con gran insistencia, al suponer que era él, entró en el coche.
Al entrar, dos individuos estaban sentados detrás, y no logró reconocer a ninguno de los dos, pero sí al piloto, Adolfo.
-         Pero… ¿Tú?
-         Yo…
En ese momento, uno de los dos hombres que se sentaban detrás sacó una jeringuilla del bolsillo y pinchó a Mario en el cuello, en escasas milésimas de segundo, este se quedó inconsciente.
-         Alessandro, te toca.
El otro hombre sentado atrás se levantó la capucha, era exactamente igual que Mario, una copia, pero no pareció sorprender a Adolfo, le quitó el móvil a Mario, que continuaba inconsciente, se lo dio a Alessandro y este salió del coche, el cual se alejó de la puerta.
Poco después, llegó el otro coche, este sí, el verdadero, con Dimitri dentro, y Alessandro, supuesto Dimitri, entró en él.
-         ¿Qué querías?- aparentó Alessandro.
-         Creo que nos han descubierto y vienen hacia aquí…
-         Joder, vamos a un lugar seguro, mi otro piso, sigue recto y gira en las próximas dos calles a la derecha.
-         De acuerdo.
-         Pero, ¿cómo has descubierto que nos seguían?
-         Gennaro dejó una nota en casa, les ha dado nuestra dirección, pero es de los  nuestros y dejó una nota en tu maletín, pero al salir a dar la clase se te cayó, la nota decía: Hermano, os están siguiendo, tengo que aparentar para lograr descubrir su nueva guarida así que les he dado tu dirección para que confíen en mí, vete al otro piso.
Mientras leía, Alessandro tecleaba en su móvil: ‘’Gennaro es un traidor’’ y se lo enviaba a Adolfo, al verle, Dimitri se extrañó.
-         ¿Qué haces con el móvil?
-         Nada, Manolo que dice que 2º B tiene una excursión mañana y que a primera hora no tengo que ir mañana.
-         Vale, mejor. ¿Es aquí?
-         Sí, gira.
Se encontraron con un callejón sin salida, Dimitri paró el coche.
-         Mario, aquí no hay nada.
-         Claro que no.
Alessandro se sacó una pistola de la chaqueta.
-         Ni yo soy Mario.
Alessandro disparó en el pecho a Dimitri repetidas veces, para asegurarse de que las heridas eran suficientemente graves como para que sobreviviese. Mientras la sangre de Dimitri caía sobre la tapicería del coche, Alessandro marcó con su teléfono.
-         Misión cumplida.


sábado, 17 de marzo de 2012

Mal, mal, mal hecho

Otro acto de madurez, cada día madrugas más, esta vez ha sido a las 9:48.
Pero madrugues o no, siempre te consideraré inferior a mí aunque te levantes antes que yo. Tu uso de la palabra es demasiad pobre, y nunca lo he admirado, de hecho, escribes poco. No me hagas enumerar todas las diferencias entre tú y yo, no quiero humillarte, no quiero hacerte leer todos los motivos por lo que soy mejor que tú. Yo tengo un fiel escudero desde hace mucho tiempo, y creo que lo mantengo bien, y sin duda no puedo pedir más porque es el mejor que se puede encontrar, un poco vasco, pero ya está.
Tengo un italiano en el campo, un señor italiano mejor dicho, una persona equiparable a mis conocimientos de ese mundo del fútbol, un delantero, admirable dentro del banquillo, donde somos iguales, se vuelve portugués, como yo, aunque no puedo considerarlo mi alumno, lo consideraré mi maestro.
Al otro lado, no creo que haga falta presentación, tengo al loco de los locos, una mente perturbada que corre por las calles con una tijera rosa en la mano, una persona que no le cuesta mandarte al carajo, ha demostrado, tanto a mí, como al resto del mundo, que una de las mayores mentes que podremos llegar a encontrar en mucho tiempo.
A ver si adivino… ¿envidia?
No puedes presumir de tenerlos a tu lado constantemente, al menos tanto como yo, no puedes presumir de vivir en este mundo tan bonito llamado fútbol.
No creas que eres la mínima autoridad, ni se te ocurra pensar que por un momento alguien ha tenido en cuenta tu partido maravilloso de los sábados. Tú juegas los sábados porque el domingo jugamos nosotros, el domingo hay fútbol.
Pero esto no es un ataque gratuito, como pensará más de uno cuando lo lea, simplemente es un ataque, tú mismo sabrás lo que dices y haces para provocar, ya que presumes de madurez.
Pero eso sí, cúrrate un poco más el tema, deja de mirar el espejo y míranos a los demás, los que sabemos de verdad.
Me hace gracia como te acercas con aires amistosos a dar la mano cada vez que salimos al campo y gano 2-3, 2-0, pero tú no ganas, de nada te vale hacerme pensar que estás de mi lado. Todavía no he tenido el placer de jugar contra Vilas, pero a la Roma le gané con el Inter, al loco este año le he ganado 1-4, yo no tiro los partidos, no presumo de victorias, esas son victorias importantes, sí, pero amargas, porque son amigos, colegas, iguales. Pero cuando te gano a ti, no me siento mal, y como tanto en rueda de prensa como en el césped seguirás tras nuestra sombra, no me preocupo. Yo líder, tú tercero.
Tenlo siempre presente…

Ambos sabemos quien acaba ganando.



Lesson Nº 22... Always bad

-         Buenos días, chavales. Veo que el viaje ha hecho mella, dentro de 5 minutos seguro que más de uno se queda dormido, pero hoy es otro maravilloso lunes de los que nos quedan este curso, que gracias a dios cada vez son menos.
-         Señor Hernanes, ¿vamos a empezar el nuevo tema?
-         Por supuesto.
-         Pero…
-         De peros nada, Alicia, olvidaos de Moscú y de todo, abrid el cuaderno.
-         Que coñazo.
-         Dani, a la pizarra.
-         Pero…
-         Otro con el pero, ¿qué pasa, os viene de familia? Bueno Dani, como es un coñazo, vas a explicar el tema tú.
-         ¿Qué tema?
-         El coñazo.
-         No, en serio.
-         Más te vale acordarte tú solo del tema o tienes un 0.
-         Pfff…a ver…
-         Tic, tac.
-         No sé.
-         ¿Qué es el nazismo?
-         Pues Hitler y esas cosas.
-         Claro, y esas cosas.
-         Alemania y la guerra…
-         Anda siéntate.
Los minutos se hacían eternos, y solo era la primera hora de un día interminable.
-         Dani…- susurró Paula.
-        
-         Dani…
-         ¿Qué?
-         ¿Puedes salir esta tarde?
-         No, queda con Tony, que está menos ocupado.
-         ¿Qué?
-         Que me dejes Paula, estoy atendiendo.
-         Bueno, para mañana quiero un resumen de cómo Adolf Hitler y Benito Mussolini ascendieron al poder.- Acabó la clase Mario.
Todos los alumnos salieron de la clase y Dani se quedó cabizbajo en su sitio.
-         ¿Daniel?
-         Ya me voy.
-         ¿Qué te pasa?
-         Paula…
-         Joder…
-         Y luego los tíos somos unos cabrones.-dijo Dani saliendo de la clase ante la atenta mirada de Mario.
Pero el móvil de Mario empezó a  vibrar en su bolsillo.
-         Dime, Dimitri.
-         ¿Puedo ir al colegio?
-         ¿Qué?
-         Voy a por ti ahora mismo, no te muevas, estaré en seguida.
Y colgó el teléfono.


domingo, 11 de marzo de 2012

¿A mi altura?

Nunca he querido destacar, pero lo he hecho siempre. Nunca quise ser prefecto y eso sí que lo he conseguido, o no, ¿quién sabe? Hay muchas personas en este mundo y muchos criterios a analizar, pero no me voy a parar por dos o tres que me critiquen cuando no deban.
No me he parado a prestarle la más mínima atención al calvo, lo voy a hacer con gente que aunque no lo sepa, tienen mucho en común con él.
Yo soy una persona imperfecta, llena de imperfecciones pero son imperfecciones que todo el mundo conoce, no es una de mis cualidades, tengo algunas, seguramente, pero no es una de mis buenas cualidades esconder mis defectos, esconder mis errores, esconder mis imperfecciones y hay otra personas, que tienen esa capacidad, aunque corrigiéndome a mi mismo, creo que esas personas creen que tienen esa capacidad, porque ante los ojos de los demás somos todos iguales, sea como sea el espejo de nuestro cuarto.
Así que no me vale de nada esconder lo que soy, porque sé, y lo mejor de todo, saben, que pueden herirme, herirme de gravedad, pero seguiré izando mi bandera, y no creo que sea blanca.
Pequeños dardos, flechas, balas, no tiene sentido, no se dan cuenta de que no significan nada para mí, no lo significaron en su momento ni lo significarán en un futuro no muy lejano en el que no hará falta cambiar de galaxia aunque alguno parezca que pertenece a una de ellas.
No me queda otra, no le veo otra solución,¿escribir? No es mala idea... ¿Rendirme? La peor que hay. A base de palos se construyen cabañas, y la más grande de todas las cabañas se llama orgullo, y nunca se ha derrumbado, es lo bueno de no creer e el amor.
Nunca le encontré sentido meter a esos personajes en mi historia, pero en toda historia tiene que haber un malo, en la suya lo soy yo, ha quedado bastante claro más de una vez, pero en la mía no les doy esa importancia aunque se lo crean.
A veces escucho Coldplay, pero no creáis que ahora con el rollo de que el calvo está a mi altura (cosa que no va a lograr si en soñación) voy yo a rebajarme un poco para que llegue. A mi me sigue gustando más el fado. Dejadle que se siga quejando del césped de Mestalla, más de un alma se quedó allí un 20 de abril.
Pero bueno, yo acepto mis pros y mis contras, mis imperfecciones, mis locuras.


Y con hacerlo yo, me sobra y me basta.


Lesson Nº 21... Karma

-         Alicia, no entiendo porque me traes aquí.
-         Tú haz lo que yo te diga…
-         Sí hombre, ¿tú te crees que soy tonto?
-         No, pero creo que te gusto, ¿no?
-        
-         El que calla otorga. En fin, tienes que llamar al telefonillo de Paula y decirle que Dani te ha mandado recogerla y llevarla a su casa porque al final si ven la película, pero coges el camino largo por el parque, ¿entendido?
-         Pero… ¿y si Paula no me cree?
-         Eres el mejor amigo de mi hermano, claro que te creerá.
-         Bueno…
-         Tú llama.
Tony subió su mano hasta llegar al 6º F, el piso de Paula, pulsó el botón suavemente y del telefonillo salió una grave voz, el padre de Paula:
-         ¿Quién es?
-         Soy Tony, un amigo de Paula, ¿está en casa?
-         Sí, ahora se pone.
En pocos segundos, sonó la suave y tranquilizadora voz de Paula:
-         ¿Tony?
-         Paula, me ha llamado Dani y dice que te vengas conmigo a su casa, que no quiere que vayas sola y a mi me cae de paso.
-         Pero si me ha dicho que no íbamos a ir…
-         Bueno, ya sabes como es Dani, siempre cambiando de opinión.
-         En 10 minutos estoy abajo.
Paula colgó el telefonillo y en la cara de Alicia se dibujo una sonrisa parecida a la de los malos de película de dibujos animados cuando creen que todo les va a salir bien.
-         Perfecto Tony, ahora me voy a por Dani, necesito sacarlo de casa, dame un toque cuando estés por el parque.
-         Un momento, y ¿qué gano yo con esto?
Alicia se lanzó sobre    Tony y le dio un beso, cosa que el muchacho no esperaba pero sí la deseaba.
-         Esto, ganas esto, ahora nos vemos.
Alicia salió corriendo hacia su casa mientras Tony, embobado, alzaba su mano tocándose el labio sin creerse aún lo que acababa de suceder.
Al rato, Alicia ya estaba en casa, se notaban esos años en lo que había estado apuntada al equipo de atletismo.
Llamó a su telefonillo:
-         ¿Sí?
-         Dani, ¿puedo hablar contigo?
-         ¿Qué quieres?
-         Baja y damos una vuelta.
-         Vale…
Dani ya estaba vestido así que simplemente cogió sus llaves y bajó al portal.
-         ¿Qué quieres?
-         Vamos al parque, y nos sentamos.
-         Vale, pero dime qué es lo que quieres.
Alicia comenzó a hablar mientras cruzaban el paso de peatones que conectaba su portal con el parque.
-         A ver Dani, he pensado en lo que dijiste, y creo que aceptaré tus disculpas muy a mi pesar.
-         ¡¿Cómo?!
-         Pues que aunque me dolió mucho lo que me dijiste, estoy dispuesta a perdonarte.
-         Flipo…Alicia, tu móvil está con la luz de la pantalla encendida…
-         Será Pablo, luego le llamo, tú eres más importante- dijo sacando a relucir de nuevo esa sonrisa pícara.
-         Oye…esos son Tony y Paula…Han…quedado…
-         Karma.
Y Alicia se levantó del banco y se fue mientras Tony abrazaba a Paula amistosamente, lectura diferente a la que hizo Dani, al que una lágrima empezó a resbalar por su mejilla.
      -    ¿Karma?



jueves, 8 de marzo de 2012

Todo empieza con una chispa


Llevo toda mi vida sentado en una silla, se está bastante cómodo, Londres, Oporto, Lisboa, Milán, tengo que confesártelo, pero hay veces que me gustaría pisar el césped,  me encantaría vestir de corto. Pero no cualquier camisa, está claro que nunca nadie me verá vestido de azulgrana, pero estaría dispuesto a defender los colores más oscuros siempre que fuese a tu lado. Pero repito, no estoy hecho para vestir de corto, me va más el traje.
Pero están esos partidos en los que necesito más de un bote de Lizipaina, ¿verdad?
Esos partidos que no me siento el los 90 minutos, que no soy capaz de dar todo lo que puedo, pero siempre aparece mi proyección, mi chispa, mi verdadera voz tranquilizadora que toma un tono un poco vasco como para mezclarlo con mi portugués, pero no pasa nada, siempre es lo que me salva a mí y al equipo.
Te lo he dicho más de una vez, al loco le voy a enseñar portugués y nos iremos a Cádiz, pero a ti te enseñaré inglés y te vendrás a Londres, porque sin ti no entiendo el fútbol.


Eres la chispa de la que se origina el verdadero fuego, la gran potencia, la voz, el cerebro. No sé que sería de mí sin ti.


Lesson Nº 20... Revenge

-         ¿Qué se supone que haces aquí?
-         Veo que te alegras de verme, hermano…
-         Anda, pasa.
-         Buenas, Dimitri, ¡cuanto tiempo!
-         Bueno, ahora explícame qué haces aquí.
-         La verdad es que ahora que lo pienso, no pinto nada.
-         Gennaro…
-         A ver, hace unos meses, la banda volvió a llamarme…
-         ¿Volvió?
-         Sí, desde tu accidente, me desvinculé totalmente de ellos y me fui a Roma a tomarme unas vacaciones y prolongarlas todo lo que pudiese, pero hace un mes, Adolfo me llamó diciéndome que tenían algo muy importante que decirme, pero que necesitaba volver a España.
-         Y tú como un tonto, picaste…
-         No, el verdadero motivo por el que vine fue porque me dijeron que Roberto seguía aquí y obviamente quiero venganza.
-         ¿Roberto está aquí?
-         Si, ese hijo de…
-         Bueno, callémonos…
Mientras tanto, a dos manzanas de esa misma calle, en un piso prácticamente similar, los entrañables hermanos vivían una nueva discusión para variar en su monótono panorama adolescente.
-         Pero Dani, yo se lo dije antes a mamá…
-         A ver Alicia, ¿qué más te dará a ti estar aquí esta tarde o no?
-         Pues porque vamos a ver una peli Tony y yo…
-         Tony viene a lo que viene y no creo que tu amor por Tony despierte en un viaje a Rusia, no creo que se haya congelado tu pasión por nuestro profesor de Historia.
-         Dani…
-         Es que no te entiendo, yo quiero estar a solas con  Paula esta tarde, ver una película, relajarnos y luego salir.
-         Paula no es tu novia, y tú te la traes a lo que te la traes…
-         Pero yo si quiero a Paula.
-         Y yo a Tony…
-         ¿De verdad crees que vas a poner celoso a un hombre casado de 30 años con un adolescente de 16? Me parece la cosa más estúpida e irónica que puedes llegar a hacer en tu vida, hermanita.
-         Dani, ¿sabes qué te digo?
-         ¿Qué?
-         Que te vayas a la mierda, que veas la película y hagas lo que te dé la real gana aquí con la zorra de Paula pero que te olvides de mí.
-         ¿Por decirte la verdad?
Dani no obtuvo respuesta, Alicia salió enfadada de la habitación, Dani cogió el teléfono y llamó a Paula.
-         Paula…mejor que la peli la veamos otro día, he discutido con Alicia y…
-         No pasa nada, ¿quieres quedar en el parque o dar una vuelta para hablar o estar a solas?
-         Sí, lo necesito.
En la otra habitación, Alicia lloraba, casi al mismo tiempo que su hermano, cogió su móvil y marcó.
      - Tony, ¿tú no querías joder a mi hermano?




                              




lunes, 5 de marzo de 2012

Lesson Nº 19... Family

-         ¿Qué quieres de mi, Adolfo?
-         Nada, hacía bastante tiempo que no nos veíamos…
-         No soy tonto, nos conocemos desde hace demasiados años como para que quieras engañarme.
-         Está bien…
-         ¿Qué quieres?
-         Quiero saber el paradero de tu hermano.
-         Pues te vas a Roma, al cementerio y buscas su tumba.
-         No, está vivo, y le han visto Aitor y Sandra…
-         ¿Qué? Pero… ¿y el accidente?
-         Sobrevivió.
-         Os lo dije, no podéis acabar con un tío así con un simple choque frontal con un árbol.
-         Eso no es lo que importa ahora, lo que importa es saber dónde está, ¿vas a ayudarme?
-         Me niego a que le encontréis y le matéis, mucho me ha costado explicarles en Italia como y cuando murió como para que ahora tenga que explicarles otro entuerto de los vuestros.
-         Prometiste defender nuestra unión.
-         ¿Yo? No, perdona, lo prometió mi hermano, no creo que mi bisabuelo estuviese de acuerdo.
-         Putos rojos…
-         Un respeto, alemán.
-         O sea que no me vas a ayudar…
-         No
-         Nos ocuparemos de ti, adiós.
Adolfo se montó en u coche negro que llevaba siguiéndoles un buen rato sin que Gennaro se diese cuenta y se fue, Gennaro en un acto de pavor, sacó el móvil.
Mientras, en el balcón del la casa de Mario…
-         Mario…
-         Que pesado eres Dimitri…
-         Tu hermano está llamado a alguien.
‘’ La mano arriba, cintura sola, da media vuelta, danza kuduro…’’
-         Me está llamando a mí- dijo mirando su móvil.
-         No lo irás a coger…
-         ¿Sí?
-         ¡Ímbecil!
-         ¿Mario?
-         Gennaro…
-         Estás vivo, es verdad…
-         Sí, ¿estás con los nazis no?
-         ¿Dónde estás? Me van a seguir porque me he negado a delatarte…
-         En el edificio de en frente…3º D…
   

Sufres cuando sale el Sol

-         Pensé en lo que me dijiste el otro día sobre mi pintura.
-         ¿Y?
-         Me quedé hasta media noche pensando. Se me ocurrió algo. Luego caí en un profundo sueño y no pensé en ti en toda a noche. ¿Sabes qué se me ocurrió?
-         No…
-         Eres un muchacho, no tienes la menor idea de lo que estás haciendo.
-         ¿Por qué? Gracias…
-         De nada. Nunca has salido de Boston. Entonces si te preguntara de arte probablemente me hablarías brevemente acerca de cada libro de arte escrito… ¿Michel Angelo? Sabes un montón de él. Su trabajo, aspiraciones políticas. Él y sus esperanzas. Orientación sexual, todo… ¿Correcto?
-        
-         Pero apuesto que no puedes decirme como huele la Capilla Sixtina. Nunca te paraste ahí y miraste ese cielo raso. Visto eso. Si te preguntara acerca de las mujeres, me darías un buen resumen de tus preferencias. Quizás hayas echado un par de polvos. Pero no puedes decirme lo que se siente al levantarse con una mujer al lado y sentirse verdaderamente feliz. Eres un chico duro. Si te pregunto acerca de la guerra te irías por Shakespeare, ¿correcto?
-        
-         ‘’ Una vez más en la brecha queridos amigos’’… Pero nunca has estado en una. Nunca sostuviste en tu regazo la cabeza de tu mejor amigo…y verlo exhalar su último suspiro buscando tu ayuda con la mirada perdida. Si te preguntara sobre el amor, me citarías un soneto, pero nunca has podido mirar a una mujer y sentirte vulnerable. Conocer a alguien que podría igualarte con su mirada, sintiendo que Dios puso un ángel en la Tierra para ti, y tampoco sabrías lo que es ser un ángel. Estar allí con ella, a pesar de todo, a pesar del accidente, n sabrías lo que es dormir en la habitación de un hospital 2 meses sosteniendo su mano, porque los doctores vieron en tus ojos que los horarios de visita no se te aplican a ti. No sabes acerca de las verdaderas pérdidas porque eso solo ocurre cuando amas algo más que a ti mismo. Te miro y veo un muchacho engreído, asustado, pero eres un genio, nadie lo niega. Pero te aterra decir lo que sientes.
      No sabes vivir.

jueves, 1 de marzo de 2012

Lesson Nº 18... Unexpected surprises

-         Buenos días, Mario.
-         Buenos días, que sueño tengo, menos mal que es sábado.
-         Sí, menos mal…
-        ¿Te pasa algo?, te noto algo seco.
-         No me pasa nada.
-         Nos conocemos desde hace demasiado tiempo, no sé si afortunada o desgraciadamente, pero sé que te pasa algo.
-         …Lo de ayer…
-         Aitor y Sandra, ¿no?
-         Bingo.
-         No le des importancia.
-         Mario, van a venir a por nosotros…
-         No creo que se atrevan…
-         Pero…
-         Vemos todos los días a sus hijos, si fallan en un supuesto asesinato, podemos hacer lo que queramos con Alicia y Dani.
-         ¿Quieres utilizar a los niños como moneda de cambio?
-         No me malinterpretes…
-         Es lo que das a entender.
-         Me refiero a que nos tienen algo de miedo.
-         Pues no se les notaba.
-         Les han enseñado a no mostrar sentimientos, de hecho a nosotros también nos lo enseñaron…
-         No saques el pasado.
-         Vale.
-         Me voy a dar una vuelta.
Se puso el abrigo y cerró la puerta tras él, Mario se quedó desayunando.
Dimitri bajó por las escaleras, el ascensor tardaba demasiado, necesitaba despejarse de lo sucedido, su carácter asustadizo provocaba que más de una vez se preocupase por el menor de los problemas que surgían.
Saco del bolsillo derecho de su abrigo un paquete de tabaco, sacó un cigarro, lo encendió con cuidado de que no se apagase y comenzó a fumar  apoyado en una tubería que sobresalía de la pared de fuera del portal.
Observó sin parar de un lado a otro, extrañado y asustado, sin duda buscaba alguna señal de que les estaban buscando, pero no encontró nada.
En un amago de tocar el telefonillo para que Mario le abriese el portal distinguió dos sombras a lo lejos muy conocidas que se aproximaban hacia él, acto seguido comenzó a llamar sin parar al telefonillo.
-         Sí…
-         ¡Corre, Mario, abre!
-         ¿Por qué llamas tan deprisa?
-         ¡Ábreme joder y te lo explico arriba!
Sonó el ruido del timbre y Dimitri abrió la puerta de un tirón y subió las escaleras a toda prisa sin percatarse de que el ascensor estaba disponible.
Mario le esperaba con la puerta abierta, Dimitri entró y cerró de un portazo.
-         ¿Qué haces, por qué tanta prisa? Recuérdame que te haga una copia de la llave…
-         Acabo…- dijo jadeando-…Acabo…
-         Suéltalo.
-         Acabo de ver hablando por el parque a Adolfo…
-         ¿Qué?
-         Sí, y eso no es lo peor, iba con Gennaro. Venían los dos buscando algo.
-         O alguien…
-         Tengo miedo…
-         ¿Qué hace mi hermano aquí?