Dearie derie dearie,
No dudé nunca de tu capacidad de magia, ni mucho menos de la
de convicción. Sé perfectamente que intentaste todo lo que la pluma, la tinta y
el papel te han permitido, pero hay algo que jamás nos permitirán… Amor. Oh,
querida, ¡Somos los malos! No pueden dejar que triunfemos. Pero sí, yo también
he caído, me he levantado y he vuelto a caer, una y otra vez en esta ruleta
rusa a la que los de nuestra especie llaman vida. Yo también estoy harto de
tener que prometer la Luna simplemente entregando mi daga a toda aquella que
conmueva la más mísera esquina que queda aún de mi corazón.
Nosotros no somos así, no estamos escritos así, nosotros
simplemente estamos destinados a ser esos seres primarios que buscan magia,
poder, dinero, valor, y todas esas cosas superficiales que habitan en los
rincones más profundos de la tierra y que solo son capaces de lograr aquellos
que viven para ello. Pero ya te lo dije una vez…”El amor es la magia más
poderosa” y sin ella, jamás podremos vencer.
Y con esto quiero decirte, que estamos en el mismo bando,
que no voy a descansar hasta que no vea cada una de sus sonrisas torcidas y
enterradas en lo más hondo de su ser porque soy yo quien por fin sonríe, soy yo
el que besa, soy yo el que…ama. Yo también la he vuelto a ver, lejos de mí, yo
estaba escondido detrás de su ventana y ella sonreía con otro después de todo
lo que habíamos pasado, disfrutaba, se reía a carcajadas después de echarme a
patadas de su vida utilizando lo más parecido a un corazón que puedo darle, mi
daga.
Yo también quiero cambiar de una maldita vez esta historia,
yo también quiero enterrar cada una de las páginas que han marcado mi
vida, mi cobardía, mi mala suerte y mi
sufrimiento después de todos los años que he estado persiguiendo eso que jamás
se ha puesto a nuestro alcance…nuestro final feliz. Puedo aparecerme donde
quiera, puedo hacer sufrir a la gente tanto como placer me suponga verlos así,
pero no tengo el poder de ser amado, no tengo el mayor poder.
Esos malditos enclenques que viene con sus espadas y sus
flechas con arcos mal hecho a mi castillo, a mi casa a intentar acabar conmigo
y acaban torciendo todos mis planes simplemente porque ellos son los que aman,
no tienen poder, no tienen magia, ¡No son nadie! Pero tienen amor, y esa es la
mayor de las magias, el más efectivo de los encantamientos, poder mirar a otra
persona a los ojos justo antes de que te brillen por primera vez para acercar
sus labios a los tuyos y fundirte con esa persona hasta el final de los días.
Esa marca de pintalabios en la cara, esa sonrisa estúpida que se dibuja en sus
horribles caras después de saber que su gran amor es verdaderamente
correspondido y que nosotros tenemos que volver a nuestro sitio a planear otra
jugada que acabará aún peor que la anterior y les acercará más todavía a su
jaque mate hacia nosotros, a nuestra huida y nuestra perdición, ¡Jamás, derie!
Estamos en el mismo bando, en el mismo barco, y vamos a
conseguir de una vez por todas nuestro final feliz, vamos a sonreír, a gritar,
a disfrutar como ellos nunca han hecho antes. Porque la magia está en las
personas y nosotros somos la magia en persona, somos los que nos enamoramos con
más fuerza y los que sufrimos más veces. Y también somos los que se merecen un
final feliz como todo el mundo.
Me apunto.
Firmado, tu maestro.