lunes, 30 de diciembre de 2013

Ciao, 2013

2013. Cuatro dígitos exactamente. Muchos dicen, supersticiosos ellos, que el 13 es el número de la mala suerte, el martes y 13 o el Friday 13nth; a esos les digo, que este año 2013, ha sido EL año, sin duda alguna. Ha sido el año de los cambios, el año en el que ha tocado madurar un poco por mucho que se niegue, en el que me he dado cuenta de todo lo que tenía alrededor. Ha sido el año en el que me he despedido de mi patio, el grande, de mi instituto, mis clases, mis pupitres y pizarras, y de mis profesores, entre ellos una muy especial. Ha sido el año de la graduación, de la gran borrachera, de ponerse traje y elegante y recibir la banda después de una selectividad sufrida y bien pagada con una gran nota. Sin duda ha sido el año de Valencia, de Garrote y de Tito Ángel, ha sido el año de todos aquellos que nos han seguido año a año hasta llevarnos a la deseada Universidad, el año de aquellos a los que hay que estar agradecidos. Ha sido el año del verano más memorable de todos, sin duda. El verano de los veteranos, los Bartolos y los Khalifas, la cama de matrimonio con el mono, las vaguerías del Ale o el aire acondicionado del Chico. Ha sido el verano de Fuengirola, el de la playa, el mar, la arena, el fútbol, los baños, ha sido el mejor verano de mi vida. Ha sido indescriptible. Pero no todo es un camino de rosas, este año, se ha roto el pequeño sueño, se ha ido él, que sigue conmigo, pero ahora en Londres, el año del adiós, o mejor dicho el “hasta pronto” de José Mourinho.
Ha sido el año del cambio, de volar del nido, el año de darte cuenta de quién eres, de qué quieres y de lo que vas a ser. Ha tocado despedirse, dejar a un lado la tierra, mi Badajoz, y partir en un viaje, el de mi vida, el de mi aprendizaje que sigue, ha sido el año de dejar no atrás, sino al lado, todo lo que me hizo crecer, madurar y me ayudó a ser la persona que soy. Ha sido el año de llegar a un nuevo lugar, a mi ansiada capital, de visitar mi templo y disfrutar de mi equipo cada fin de semana, de admirar al de la ceja y dejarme la voz.
Hay personas que se van y otras que se quedan, pero a los dos tipos quiero darles las gracias; los que se van, simplemente gracias, porque dejáis sitio a los nuevos, a aquellas personas que se ganan un hueco en mi vida, uno muy merecido. A los que se quedan se me quedan cortas estas siete letras, son los que están, han estado y estarán, los especiales, desde el gato con botas hasta el mono que me llevo a Madrid, desde la Barbo nadadora hasta la rubia loca. Mi vida es sencillamente increíble y cada segundo merece ser vivido.
2013 ha sido un año lleno de sensaciones, nuevo ambiente, nuevas cosas, pero siempre la misma esencia. Sigo echando de menos a los que se han ido, a los dos ángeles de la guarda, a los dos hombres más grandes que jamás he conocido, a los que me enseñaron más que nadie y más que la propia vida, a los que merecen un libro en mi vida, un trofeo, una insignia y muchos recuerdos.
Me gusta pensar a lo grande y llega 2014, está llamando a la puerta pero me faltan las uvas, es el año de Xabi, es su número, es otro que se suma a los muchos que llevamos, con todos y cada uno de vosotros, es una etapa que sigue, un cambio que me ayuda a saber quién es cada uno en esta vida, en mi vida, cada personaje de este cuento tan frenético, de este tiovivo imparable, de este viaje interminable y esta historia que, como todas, merece ser contada.
Otro año más en el calendario, desde enero a diciembre, el año de los 18, del alcohol y el desenfreno, del destape y la locura, el año de la revolución, de las salvajadas, de no pensar, si es que eres tú, 2013. No es un año más, no se puede tirar esta calendario como hacemos con los demás cuando llega el 31 de diciembre, este calendario hay que guardarlo, es otro, sí, con sus 12 hojas, pero cada una tiene miles y miles de recuerdos, el año de los cambios, el de los sentimientos, serán 12 hojas pero de ahí podríamos sacar enciclopedias de nuestras vidas, de tan solo 365 días que tiene el año, curioso que si en tan solo 24 horas pueden pasarnos infinidad de cosas, multiplicadlo por 365 y tenéis la vida, vuestra vida, la de una persona que aparentemente es normal y corriente pero…no, nadie lo es, cada uno somos un mundo, un libro, y ya toca cerrar este largo y maravilloso capítulo, una nueva obra de arte que forma parte de nuestra vida, otro mundo que había que conquistar, y que ha sido ganado, un mundo del que todos somos reyes, todos y cada uno de nosotros, otro año más, día a día, como él solo.
Matemáticamente es otra suma más, se podrá borrar de la calculadora pero no de la memoria; no ha sido un año más, ha sido un gran año más, el del verano, el de la madurez, el de los recuerdos y el de los cambios.



Te debo una, 2013.

martes, 24 de diciembre de 2013

18, sí, mayor de edad.

Llegó el día. El día que he esperado con más ganas, y he sido el último en tenerlo. Ha llegado el día en el que cambia algo más que otro año añadido al DNI, cambian muchas cosas.

Es el día en el que cumplo 18, sí, por fin; ya no tendré que pedirle el DNI a mis amigos para entrar en la discoteca, o esperar a que los demás me compren el alcohol, sí, ya puedo entrar en la cárcel, son muchas cosas. Es otro año que ha pasado, un año muy especial, un año grande. Acabé el instituto, me gradué, me despedí de esas pizarras y mesas para cambiarlo por otras a bastantes kilómetros de allí. He salido del nido, me he ido de casa para vivir solo, en una ciudad como Madrid, la capital, suena bien, ¿eh?

Han cambiado tantas cosas, que son pocas las que siguen iguales; es un gran paso aunque no lo parezca. Pero yo no he cambiado, mi inmadurez o mi mentalidad de chaval de tres años no cambio, y para eso están los de siempre para recordármelo. Mis amigos, esos sí que no cambian, año tras año, solo consiguen ser más grandes que el anterior, seguir a mi lado y hacerme disfrutar de la vida como solo ellos saben; esas personas tan especiales para las que se me acaban los adjetivos cuando quiero describirlos, desde el loco de los locos, hasta el gato con botas o el chico más grande, uno a uno, cada cual con sus virtudes, porque yo no veo defectos.

He estado deseando este día durante mucho tiempo pero he disfrutado cada segundo esperando, estos 18 son especiales pero el año de los 17 ha sido el mejor año de mi vida, algo increíble que veo muy difícil de repetir, es más, lo consideraría una proeza. Este paso no lo doy solo, lo damos todos, porque aunque solo sea yo el que cumpla años, vosotros os agrandáis una vez más, seguís siendo los mejores. Dicen que las personas grandes se hacen gracias a los que están a su lado, pues debo ser un gigante porque es imposible ensombrecer vuestra grandeza.


Otro año más, otro sentado en el banquillo, otro en el Olímpico y otro con mi compañero inseparable, ese que se ha venido conmigo al Norte. Estos 18 y este cumpleaños en un día tan especial solo me recuerdan lo especial que me siento por tener lo que tengo, unos amigos y una familia que a más de uno le gustaría tener, de un apellido y de otro. Y es que nunca me gusta cumplir años solo.


Hay que aprender a ser grande de quien ya lo es.


Siempre a mi lado en cada momento.


Como una sombra como un hermano, siempre inseparable.

No se puede pedir un hermano mejor.



El chico más grande de todos.


Los grandes.
Vosotros, que cumplís años conmigo y sois más grandes, sí. GRACIAS.

domingo, 15 de diciembre de 2013

La vida real

Una fiesta, un baile, y otro zapato de cristal. Suena a cuento.

Otra noche de esas que todos quieren olvidar, otra historia de esas que suenan más a otros autores. Una noche bonita en apariencia, con su cielo oscuro, despejado, sin nubes, solo las estrellas y la Luna llena, llena y brillante como la que más.

Esa forma de mirarse ambos, esa insistencia con la que se buscaban por mucha gente que pasase frente a ellos. Se imaginaban como un suspiro, ilusionados por llegar al paraíso, un paraíso que se reflejaba en sus propios ojos, verdes y azules, una combinación variopinta de belleza abrazada por la felicidad.
Bailaban en el suelo, pero su ritmo lo marcaban las estrellas, cada paso, cada mirada, cada nota y estrofa de la canción, cada sentimiento a flor de piel que desprendían. Bailar juntos, el destino que ambos tenían, el que ambos querían. Eros y Psique, el matrimonio Arnolfini, Apolo y Dafne, o cualquier otra historia de amor plasmada en el arte, era su turno, era su noche, eran sus propios suspiros los que les abrumaban, era su cuerpo angelical y su cara encantadora, era su constancia y su valentía, eran las innumerables virtudes que reflejaban sus miradas, que hablaban por sí mismas, que no necesitaban expresarse, era Cupido encaramado a un árbol que había descargado una lluvia de flechas sobre esa terraza.

Eran sus interminables deseos de unirse, de besarse, de quererse, era amor, sí, eso que a algunos tanto miedo nos da, pues eso era. Esa palabra digna de pronunciar; era su boleto particular para entrar en el paraíso, era su canción, eran ellos y nadie más.
Pero llegaron las doce, la hora punta, la hora mala, y no todo tiene que acabar como algo celestial, es cansado que todos los cuentos hagan las historias fáciles y nos sepamos el final justo cuando empezamos a leer las primeras líneas. Se acabaron los complejos de príncipes azules y esos ensayos de poeta desalmado, esas corduras de algún que otro loco, esas historias donde refugiarse.


Ella se fue, y él se quedó. Y así termina la historia. Ni beso, ni boda, ni perdices, ni palomas, ningún ave.  Habrá que tomarse un respiro, creo que se nos van a colapsar las venas de tanto sentir. El corazón tiene que respirar y aguantar, porque todos nacimos para luchar, y eso es lo que él hará; no terminar todo en una maravillosa historia de amor, no, luchar por esa historia de amor. 


Dejarse de cuentos y vivir la vida real.

Badajoz

La buena noticia de todos los días, tus calles, tu Sol y tus sombras, tus matices, tu río, y ese color tan tuyo. Esa alegría que desprendes por ti misma, esa alegría loca de tus habitantes de Carnaval en Carnaval.

Enamoran tus calles, tus murallas y tus plazas, tus días y tus noches interminables, tu gracia, tu gente, desde Puerta Palma hasta la Alcazaba. Las ganas de verte aumentan cada día, desde el momento en el que se va el autobús hasta el momento en el que vuelve a tu estación. 

Cada piedra, cada parque, cada edificio, cada detalle insignificante que me vio crecer, ahí estás, tú misma, en tu esencia, tan bonita como siempre.
Tú misma, la verdadera ciudad eterna, la del amor y la de todos los adjetivos y apelativos que quieran ponerte, buenos o malos, porque siempre vas a ser tú, siempre una más de la familia, la que nos ha acompañado en nuestra vida en todo momento bueno y malo.

El Sol te ilumina cada mañana, tus calles, tus edificios, tus monumentos y tu gente, tus luces y tus sombras, la vida en ti parece mucho más fácil, esa preciosa monotonía que no cansaba nunca, el día a día de tus detalles, de tu magia, esa que solo desprendes tú sin ayuda de nadie, esa sensación tan especial que das, ese cosquilleo que siento cuando vuelvo y esas ganas de volver otra vez. Eso solo lo puedes lograr tú, nadie más.

Caen las noches y se encienden las farolas, las luces de las casas, los adornos, te enciendes. Son tus fiestas, tu feria y tu Carnaval, el alma de la comunidad y el orgullo de todos los que presumimos de formar parte de ti. El tiempo se para cada vez que estoy contigo, como una noche de San Valentín, o de bodas o un aniversario, se detiene para disfrutar, para vivir , para ser parte de tu grandeza, de tu alegría, para ser parte de ti.


Y es que te echo mucho de menos, pienso en ti como un objetivo final, como una meta grande, como algo que llegará por muy lejos que parezca, por muchos kilómetros que nos separen.



Son inevitables las ganas de verte, Badajoz.


martes, 26 de noviembre de 2013

Madness

Dicen que la locura un día tuvo otro nombre, que un día, hace mucho tiempo, fue persona. Una persona de carne y hueso como el que lee y el que escribe; nada de divinidades encerradas en templos de adoración, nada de catedrales o iglesias, una persona que respiraba y sangraba como todas. Pero así sería su historia que acabó por hacerla desaparecer.
Dicen que sus ojos brillaban más que el Sol al mediodía y que sus pupilas eran más oscuras que una noche sin Luna. Dicen que era tan enigmática que ni Einstein con ayuda de Pitágoras y Tales fueron capaces de resolver su enigma. Decía ella misma que no le gustaban las teorías, que la vida era la práctica de la forma de ser, que los números no daban la felicidad.

Dicen que muchos intentaron representarla; Miguel Ángel, Bernini, Cánova…además de Goya, Velázquez y Dalí…Pero uno se rindió, otro no acabó y el último quiso representar su amor por ella pero se lo robó Napoleón…uno se fue a Burdeos, otro se quedó en Palacio y el último empezó a pensar como un verdadero sabio que se volvió loco por la pintura, un artista.
Otros intentaron conquistarla pero ni los poemas de Cyrano, ni las triquiñuelas de Don Juan Tenorio consiguieron atraparla. Otros más intentaron impresionarla pero ni Adolf ni Benito lo consiguieron, ni mucho menos Iosif.

Nadie sabía nada de ella, su procedencia, sus gustos, pero sí sus cualidades, que todos pudieron sufrir justo después de creer que las podían disfrutar.  No se trataba de un estado de la mente, de una anomalía de comportamiento o de la mayor sarta de mentiras contada por la medicina; se trata de una forma de ser, una forma de vivir, una visión del mundo diferente, que se sale de la fila, que entra por la ventana y sale por la chimenea, la ruptura de las estadísticas, el enemigo de la monotonía, pero siempre con su historia.
Tal fue la ira que la impresión del resto provocó, que decidió desaparecer, dejar de inspirar a músicos, pintores… ¡A los artistas! Dejar de crear obras, edificios, palabras, dejar de existir, dejar de vivir abajo para vivir arriba. Vivir donde le dejen estar viva, donde se sienta cómoda, donde es más lista.

Vive y vivirá en las mentes de aquellas personas que rompan los esquemas, las filas y los teoremas; en los corazones de esas personas que no escriban tonterías, sandeces o pretendan ser burdos poetas, de aquellas que no llenen de adjetivos sus palabras, que no engañen con ellas, que no se llenen la mente de falacias como de vídeos las hemerotecas. De aquellos que sientan y sepan sentir, aquellos que vivan y sepan vivir, aquellos que decidan y sepan decidir.


Vivirá en los locos, nada más que decir.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Brother #18

Entre patadas y sonrisas. ¿Cómo pretendes resumir una vida entera en unas cuantas líneas? Pregúntale a Machado, pregúntale a Alberti, porque yo no soy capaz.

Todos esos recuerdos intentando salir ahora para ser rememorados uno a uno con ese respeto y ese cariño que almacenan  cada uno de ellos, pero al fin y al cabo es nuestra historia y nosotros la sabemos mejor que nadie, ellos no tienen por qué conocerla.

Porque se me hace raro, y lo sabes, no verte todos los días. Porque se me hace raro, y lo sabes, no escucharte a diario. Una llamada perdida, un SMS, una luz a través de la persiana bajada, cualquier señal de que estás ahí, justo ahí, donde has estado siempre y donde yo te necesito.

Los comienzos son duros, a un niño siempre le cuesta empezar a andar, o aprender a montar en bicicleta, pero siempre tiene a su padre para cogerle, siempre tiene a alguien a su lado. Y así ha sido toda mi vida, toda nuestra historia, si tú caes, yo te levanto; si yo caigo, tú me levantas, una monotonía de la que nunca nos cansaremos, amigo mío.

Esa seguridad en cada palabra cuando todo iba mal, ese abrazo al final de cada tarde al solucionar cada problema que se nos ponía por delante, esa manía de chasquear los dedos cada vez que me das la mano, esas tonterías tuyas que sí, que tanto echo de menos.
No es lo mismo una clase sin el profesor, porque tú, y solo tú, me has enseñado lo que es la vida, me has enseñado a vivir, a andar, a montar en bicicleta y lo más importante, a sonreír, esa maldita cualidad tuya, qué envida sana te tengo.

Entre patadas y sonrisas comenzó la historia y entre patadas y sonrisas siguió, y seguirá, amigo mío, eso es algo que nos prometimos desde hace mucho tiempo. Porque tú no eres como los demás, y lo sabes, porque no es lo mismo desde que tenemos conocimiento y recuerdos de quienes somos; porque no puedo contar mi historia sin que salgas en siete de cada ocho frases. Porque sin ti no sé qué es de mí, porque estás siempre presente aunque te tenga a miles y miles de kilómetros, allí, en casa, haciendo de las tuyas y sin mí. Porque nadie me entiende como tú, nadie es capaz de sentir como tú, claro que no, nadie es como tú, y ni yo, ni nadie te llegará jamás a la suela de los zapatos, solo para limpiarlos.

Los días sin ti son pequeños infiernos dentro de mí, y la distancia es una enemiga fácil de batir. Porque creo que lo sabes de sobra que con diferencia, una abismal sobre los demás, eres al que más echo de menos, porque los días sin ti no son días, porque el alcohol sin ti  no sube tanto y las risas sin ti ya no están garantizadas.
                                             
                                                 




Te necesito aquí profe, te echo de menos hermano.




domingo, 17 de noviembre de 2013

Lo spettacolo può cominciare

Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos, y así ha sido siempre.

Esos estereotipos que creamos como si fuesen un reflejo fiel a la realidad que vivimos, no. La objetividad no existe, o al menos no sabemos tratarla de tú a tú. Lo que para uno es fuego, para otro es agua, lo que a uno le duele, a otro le agrada. Uno admira los cuadros de Goya mientras otro contempla las esculturas de Bernini, la vida es así de…diferente. Las personas, los colores, los gustos, los programas de televisión, los animales, todo tan diferente. Pero todo depende de uno mismo, de la manera de pensar y observar y en eso no gana nadie.

No vamos a dar lecciones de moral a nadie por escribir sandeces sobra abandonos o ir de poeta con el corazón roto siendo un simple chaval virgen sin escrúpulos. No vamos a acusar con nuestro dedo a quien hizo cuando estamos haciendo lo mismo. No vamos a mirar de mala manera la felicidad de unas personas porque suponga la tristeza de otras, esto es el mundo, damas y caballeros, niños y niñas, bienvenidos a la vida.

Se abren las puerta del mundo a más de uno con estas palabras, la realidad nace por primera vez a los ojos de la mayoría, ¿hace falta que las cosas nos salgan más para que nos demos cuenta de lo que nos pasa? Sí, señoría, hace falta caer  mil veces para aprender a levantarse cada vez más fuerte y más rápido. Hay que saber vivir, hay que montar en el tiovivo sabiendo que acelerará, y que subirás y bajarás, y si lo sabes y te quejas, no haber sido el espermatozoide más rápido.

Ni tenemos que seguir el camino de baldosas amarillas, ni mucho menos el de rosas; pero tampoco hay que dramatizar con los infinitos obstáculos que se nos van a presentar en el camino. La vida es un constante resarcir, levantarse tras un golpe y otro hasta resistir firme al mayor de los vientos.

Ni somos el Sol, ni somos la Luna, simplemente somos los que los vemos pasar, huir el uno del otro, los que no son monótonos como ellos, somos los del medio, los de verdad, cada uno con su nombre y su vida, con sus páginas del pasaporte.

Que comience el espectáculo

miércoles, 30 de octubre de 2013

Complejo en sí

Una tarde como otra cualquiera. Oscureciendo, con el Sol cerca de esconderse un día más con su miedo a que le vea la Luna. Una tarde repetida así todos los días de su vida. Era la simpleza representada, la sencillez hecha persona.
Siempre con sus sudaderas de colores, la verde, esa era la que más le gustaba. Con su pelo rizado y su sonrisa pícara dibujada, sus carcajadas se escuchaban en todos los rincones, su felicidad continua era respirable en el ambiente.

Sus ojos, esos que merecen un capítulo en cualquiera de los libros del corazón. Verdes… ¿o eran azules? ¿Azul verdoso o verde azulado? No existía color ni adjetivo para lograr describirlos. Sus pupilas eran entradas a los túneles que llevaban a su corazón, dificilísimo de encontrar. Podrían considerarse afortunados aquellos a los que mirase de una manera amistosa a los ojos, pues solo miraba en sus enfados, sus cabreos, aquellas situaciones en las que cualquiera desearía estar lejos de él.

Y su personalidad, esto daba para libro. Frío y gélido, a la vez que cercano y cariñoso, nunca existía un punto intermedio. Tenía un escudo impenetrable que la opinión ajena nunca ha sido capaz de destrozar. Sincero y directo, para su supuesta desgracia. ‘’No existe ningún amor mejor correspondido que el amor propio’’ decía, mientras él estuviese contento consigo mismo, los que de verdad le querían también lo estarían, pues ser un amigo no es otra cosa que querer la felicidad del otro.

 Demasiado complejos eran los entresijos y redes de su mente, su forma de pensar, de ver un mundo propio que construía para sí mismo, un mundo donde no había sitio para el pesimismo ni la monotonía, la mayor montaña rusa jamás conocida.

Demasiado complejos eran sus sentimientos, la ruleta de su corazón, que a pesar de su edad ya estaba viejo, maltratado y con estrías. Esa filofobia eterna que no le dejaba amar, ese verbo al que le tenía pavor, más que a la oscuridad eterna. Ese odio hacia el sentir de un corazón que cada ver era más dudosa su existencia. Esa venganza eterna por todo lo que había sufrido, esa manera de pensar, de no sentir, de ser, esa fama de malo de la película, de eterna mente peligrosa con la que no conviene estar nunca. Esas ganas de arriesgarse aun sabiendo de su derrota, ese espíritu de constancia que le hacía intentar las cosas una y otra vez.

Era tan difícil...No sabía ni quería sentir, esa esencia de la vida a la que todos llaman amor, él no creía en ella, en su existencia, y por eso lo intentaba tantas veces, de hecho no creo que aún lo haya dejado de intentar.


Esa tarde conocí a la persona más fácil de conocer en apariencia y tan difícil en realidad, esa mente pensante, impulsiva e impredecible, tan difícil como adivinar el color exacto de sus ojos.


Era...Demasiado complejo para toda la vida...

domingo, 20 de octubre de 2013

Tú a Londres y yo a California

Dice esa gran amiga llamada ciencia que los polos opuestos se atraen, y otros dicen que siempre hay una excepción que marca la regla, y eso fueron ellos, no querían ser del montón, es mejor vivir siendo la excepción.

Ella tan madura, tan reservada, tan de darle vueltas a todo, tan…ella.

Él tan infantil, tan descarado, tan extrovertido y tan impulsivo, tan…él.

Y como en toda historia, el argumento da vueltas y vueltas hasta que sus caminos llegan a unirse. La alta y el chaval de los ojos bonitos. Ambos se llamaron la atención el uno al otro, tanto que llegaron a ser amigos, grandes amigos, e incluso un poco más que eso. Imparables, sí, esa es la palabra. Obstáculos y discusiones, como en todas las amistades, pero superadas uno a uno, cada vez más unidos hasta el punto de que los sentimientos no pudieron aguantar más. Ella le miraba a su manera, era diferente, sabía su historia y conocía sus defectos pero ella se mantuvo. Él siempre con su maña memoria, con sus descuidos y tropiezos, pero sí, la quiso a pesar de que todos se lo prohibían.

Vueltas y vueltas dio el tiovivo de su relación, porque cuando entraron la primera moneda, no sabían que no iba a parar de dar vueltas. No les daba tiempo a ser amigos, los sentimientos dormían un día y se mantenían despiertos 3. Era todo muy surrealista hasta el punto de que se quisieron sin conocerse. Ella tan de pensar a su manera y él tan de pensar en sí mismo.

Tal fue el punto de esta atracción que llegaron  a hacerse daño, mucho daño, más del que pretendían, y siempre salían mal parados ambos. Andaban contracorriente, siempre. Pero su voluntad era admirable; ella luchaba contra la opinión de los demás, contra sus faltas de respeto y su mal genio, y no se rendía nunca. Él luchaba contra su propio pasado, contra su personal filofobia y, como siempre, contra la opinión del resto. Nunca fue una pareja común, sí, me atrevo a llamarlo pareja porque ambos sabían que lo eran, que nunca fueron unos novios oficiales ni oficiosos como dios manda pero sí que sintieron y quisieron serlo, pero siempre faltaba el gran paso. Ese que hace a una chica lanzarse porque al chico le da vergüenza, o ese que da el chico para arrodillarse y darle el anillo…Faltó el paso más importante, faltó aclarar los sentimientos. Ella nunca olvidaba, y él llegó tarde. Él perdonó y olvidó, ella solo perdonó, y ese es un lastre muy duro de llevar.

Sintieron a destiempo, él se planteó dejar de roncar, trabajar de Sol  Sol, subirse al Himalaya o batirse con su espada para no perder su amor, llegó a plantearse ser lo que ella imaginaba, pero eso suponía cambios, cambios que él no estaba dispuesto a hacer, porque la esencia de una persona no puede cambiar de la noche a la mañana, y él no era el único que debía hacerlo. Fue todo muy difícil. Cada día en el calendario era como deshojar una margarita, un día sí, otro no…Y eso para ella podría ser un descanso de tanto sentir, pero él, con su corazón ya viejo y con estrías, si es que tenía, suponían ataques de cordura en su loca vida, y eso no era así.


Y, como todas las historias bonitas, porque esta lo fue, acabó, quisieron acabar. Sin lágrimas ni memeces, se las guardaron para uno mismo, derramaron sus sentimientos a través de sus ojos como si nunca hubiesen existido y su memoria desapareció, cada uno por un lado, y jamás por el mismo sitio…


Él a Madrid... y ella a Salamanca.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El día que decidió no mirar atrás

Aquel día aprendió muchas cosas. Desde la mañana tranquila hasta la noche de desenfreno, un día para aprender. Una clase magistral de la vida, cómo andar, cómo querer, cómo besar…La vida la aprendió en un solo día.

Las estrellas ese día se alinearon de forma diferente y empezaron a brillar más que nunca, comenzando por el Sol, su despertador  diario que entraba sin permiso por la ventana, entre las cortinas anunciando un nuevo día que aparentaba tan desastroso como los anteriores.
Pero hasta el desayuno fue diferente ese día, el trabajo fue diferente, incluso ella parecía diferente…Sentada en otra mesa diferente a la de todas las tardes en el Starbucks de Callao. La gente tenía una mirada diferente, sonreían, y él devolvía las sonrisas, como iba contando…un día diferente. Y todo empezó con un ‘’perdona, ¿tienes hora?’’ .

Todas las historias de amor empiezan con un choque fortuito, con un príncipe salvando a una princesa, pero claro…ese día todo era diferente. ‘’No, no tengo’’ y se fue. Inesperado para alguien que llevaba días y días haciendo su camino de vuelta a casa más largo de lo normal solo para pasar por Callao y verla sentada en la mesa de siempre, pero claro…ese día era diferente.

Ese día tomó una decisión diferente a los demás. Esa noche parecía otra, con más estrellas, con más vida, con ella. Otra noche rodeados de alcohol y fiesta, de borrachos y vagabundos, de trozos de vidrio y olores nauseabundos. Y a él le dio por pensar, por querer ser su medicina, sus silencios y sus gritos, sus penas y alegrías y confió en la Luna para que obrase el milagro.

Pero no sonaban tangos, tampoco la campana y la Luna se apagaba, cansado de esperar decidió, por fin, ese día, el día diferente a los demás, decidió.  Decidió que era mejor la guerra con ella que un invierno solo, que quería ser la espina de su rosa, que quería empezar a hacer latir eso que un día los biólogos llamaron corazón, que decían que latía o que sentía, eso.


Ese día, sí, ese día reunió el valor suficiente como para, después de vaciar su quinto vaso, lanzarse al vació, dejar de pensar y ser fuerte para probar, querer y hacer querer, arriesgar, y para esa lista de verbos sentimentales  que todos conocemos. Ese día encajó la última pieza del puzzle, ella, ese día terminó un viaje para empezar otro, ese día por fin consiguió probar  sus labios, consiguió el dulce de sus besos y la eternidad de sus miradas, y lo consiguió en un día diferente..

El día que decidió no mirar atrás.

viernes, 4 de octubre de 2013

Poeta al fin y al cabo

El mundo está lleno de falsos poetas, de filósofos y de muertos vivientes, y eso da mucha pena.
Personas que con menos de dos décadas de vida hablan de la vida como si se estuviera acabando, que escriben cartas de amor sin destinatario a una amada inexistente; una que les ha roto su frágil y delicado corazón ahogado en lágrimas cuando todavía no saben lo que es perder la virginidad.

Un uso excesivo de adjetivos que les hace quedar como eso, poetas, empalagosos en tinta y en carne y hueso, pero en tinta se ven correspondidos, esa es la diferencia.

Un acoso incesante a esa amada que les dejó por otro, por razones varias, a ver si al menos escribiendo, aceptan la realidad, ya que en la vida real siguen siendo un alma en pena que vaga por los callejones oscuros del mundo de los corazones rotos, que romántico todo.

 Pretenden llegar a príncipe y todavía no han llegado a rana.  Esos cuentos llenos de ‘’ Las lánguidas almas de las rosas se marchitaron al compás de las estaciones, y el viento frío siguió vapuleando su ciudad de sueños con una falta de compasión inhumana’’ y más estrofas dignas de composiciones  Mozart, esas muertes ficticias que acaban siendo pesadillas de las que curiosamente siempre despiertan ‘’solo, en mi cama, con marcas de tu pintalabios de rojo carmín, con un cigarro apagado y una copa de Vermú en la mesilla’’ es que suena incluso bonito.

Menudo desperdicio de creatividad, directores de cine, guionistas, de todo pero no…Poetas. Porque son las grandes víctimas de su idolatrado amor, porque su personalidad, más allá de la bipolaridad no les permite mantener a salvo tan si quiera una amistad y lo pagan todo con el amor que les deja ‘’ el corazón hecho trizas en el lavabo del baño rodeado de un aroma similar a tu perfume’’.

Pero la princesa seguirá esperando en su castillo, un castillo inexpugnable….Un castillo de la Edad Media en pleno siglo XXI, una princesa con su corona y todos esos accesorios que la hacen ‘’tan mágica como el azul de tus ojos y el rojo de tus labios’’ o como ‘’ los sentimientos que crecieron en el seno de mi más que empequeñecido corazón latente’’


De vez en cuando la soledad da una lección de realidad. Solo espero que hayas aprendido la tuya.


Poeta, que eres un poeta.



jueves, 3 de octubre de 2013

In attesa di una lettera d'amore

Recién despierto, tumbado en la cama,  solitario como un barco a la deriva en una noche de gennaio, esta es mi historia. Me perdí en el verde de sus ojos y en el rojo de sus labios.
 Otra noche más buscándola en el fondo del vaso, de uno y de los siguientes. Otra noche dando tumbos por Roma cansado de leerla al revés.
¿Y si me rindo? Estoy cansado de verla en todas partes y que sea un espejismo en un desierto de corazones rotos, se ha ido.  Fallé en mi intento y no me perdonó. Ser humano no vale. Yo nunca he sido apto para el amor, siempre suspendo ese examen y ya me cansa tener que ir todos los años a septiembre. Vivo en Roma, que al revés es amor, me persigue, no me deja dormir, ese maldito recuerdo de las noches en el césped después de una tarde juntos, esos besos en el parque en los que me prometías en vejecer junto a mí, todas esas miradas llenas de sentimientos que me llegaban al alma. Todos esos intentos tuyos de aprender italiano para poder entenderme mejor, todos esos intentos míos de morderte la boca, y todos esos recuerdos que tengo en mi corazón, en el que siente de verdad.

Es cierto, soy demasiado complejo para toda la vida, pero tampoco se me ha dejado intentarlo.  Yo escribí mi cuento y tú eras mi princesa, pero a mí me tocó ser el dragón. Yo intenté llegar a tiempo, pero el tren se fue y una vez más no me subí, pero no es una vez más cualquiera, no es una de las anteriores.

Tal vez me lo merezca, tal vez no tenga corazón, pero eso es imposible porque lo que me dolía cada vez que me dabas la espalda no puede ser producto de la ficción. Y en eso se resume nuestra historia, esa es su definición, una historia de ficción que las cartas que me mandas cada semana no son capaces de mantener.


Acoso al cartero semana a semana para que me dé antes las buenas noticias que las malas, pero al fin y al cabo, todas las noticias son malas desde que no estás aquí. 

 Pero sigo esperando que vuelvas.

Ha llegado el momento

Ha pasado mucho tiempo desde que la tinta y el papel no se funden debajo de mi mano. Realmente ha pasado una eternidad desde aquel día, desde esa maravillosa y extensa carta de despedida escrita con lágrimas de tristeza y de alegría, todo parecía tan surrealista en este momento, todos nos negamos a creérnoslo. Pero así era, y las malas noticias siempre acaban llegando de un lado o de otro de la mesa.
La balanza subió de mi lado, ya no pesaba más, ahora tocaba ser el triste, el lado malo, el de casi siempre. Pero siempre quedan los recuerdos; todos esos momentos que sirven para sacar la mínima sonrisa en cualquier momento por oportuno que sea, pero también esos que te condenan para toda una vida porque se han encerrado con llave en ese rincón inexpugnable de mi maldita memoria.
Pero después de la tormenta llega la tempestad. He aguantado golpes y golpes , risas, incluso intentos de burlas que he frustrado gracias a mi carácter, sí, ese que tantas veces me ha traicionado y me ha jugado malas pasadas, pues esta vez ha ayudado más que nadie. Un recuerdo ronda mi cabeza y llena mi corazón, un recuerdo inevitable.
Fue una historia de amor muy bonita, he de reconocerlo. Tú de fuera y yo de dentro, a ti te gustaban más la puntualidad británica y a mí la elegancia italiana. Y nos fuimos a encontrar en el lugar más inesperado. Nunca lo pensé, pero sí lo soñé, y durante muchas noches, desde aquella primera vez que nos encontramos por una calle de Madrid. Ha sido una historia larga para mí, larga y bonita, que no se te olvide, pero a pesar de todo, te dejas muchas cosas pendientes por aquí, te dejas el deseo más deseado, te dejas tu recuerdo, el de tu picardía, el de tus noches de locura, el de tus tonterías diarias, el de tus dardos y más dardos, esos recuerdos que me han hecho cierto daño durante estos años y también me han dado más de una alegría.

Porque yo me he quedado aquí, y tú te has vuelto a Londres, porque yo sigo aquí defendiéndote durante todo este tiempo. Pero, querido, ha llegado el día, ha llegado el momento. Tan enrevesados son los mecanismos de loa memoria y tan hipócritas las personas que se han dejado controlar que te has convertido en el mayor recuerdo jamás contado. Has vuelto a las cabezas de todos, ya se oyen tus frases por aquí, Don José. Eso de ‘’Esto con Mourinho no pasaba’’. Pasó en O Porto, pasó en Milán, y en Londres y ahora le toca a Madrid. Ya se entonan los cánticos, ya vuelven tus bufandas y banderas. Ha llegado el momento.
Sigo contando los días para tu vuelta, Don José.

martes, 27 de agosto de 2013

Semplicemente un Arrivederci

Siempre se me dio mal decir adiós, será porque nunca me gustaron las despedidas. Prefiero dejarlo todo en un hasta pronto, y después de todo lo que hemos pasado juntos, incluso eso quedaría un tanto seco al final del capítulo.
Ha llegado el momento de separar nuestros caminos, de caminar cerca, sí, pero no por el mismo sendero. Ha llegado el momento de volar lejos del nido, de la ciudad que me ha visto crecer, a la que me vio nacer. Es un cambio muy brusco pero necesario, desgraciadamente.
 No penséis que no se me ha pasado por la cabeza meteros a todos en mi maleta, al fin y al cabo, sois más necesarios que cualquier cosa que me pueda llevar. Son muchas cosas en pocos años, con algunos, porque con otros es una vida, y creo que sabéis de sobra que cuesta dejarlo todo atrás. Han sido momentos inolvidables, risas, enfados, tardes aburridas en un parque, partidos de fútbol, incluso llamadas de 5 segundos para meter prisa, ni eso se me olvida.
Me tengo que ir, y me dejo todo el equipaje aquí. Este viaje no es el mismo que hicimos hace dos meses todos en ese autobús, esas 8 horas que no dormimos, no, este viaje me toca hacerlo solo, bueno, con mi inseparable Bielsa. No me salen las palabras para resumir estos años inolvidables que, sin duda, han sido los mejores de mi vida, sí, con vosotros, porque si no, no sería así.
La cantidad de recuerdos que se me vienen ahora a la cabeza, es inmensa, y más aún el cariño con el que los recuerdo y los recordaré siempre, porque poco a poco os habéis ganado un hueco en mí, un hueco enorme que espero siga lleno siempre.
Podría ir uno a uno, contando todo lo que nos ha pasado y todo lo que he sentido a vuestro lado pero me parece que no tengo cuatro años para escribir, porque cada uno sois un capítulo en mi historia, un capítulo que no se acaba aquí, esto es una piedrecita en el camino que puede que sea grande, pero las ha habido peores, y la vamos a pasar, como siempre, de eso se trata,¿no?
Este no es que haya sido mi mejor año, es el año de las despedidas; por muy dramático que suene, en Junio tuve que despedirme de mi ídolo, de mi entrenador de en sueños en el equipo  de mi corazón, y creedme que cuesta bastante, y ahora, ahora me toca despedirme de vosotros: Del negrito Khedira, del Emery portugués, de Omega, de Mr.Borrachín, de mi Cerda, de mi Chico, y sobre todo, y con todo el respeto a los demás, de Xabi Alonso, de Karanka, de Smee, de los 200 nombres que te he puesto pero siempre siendo tú, Alejandro y siempre ahí, siempre a mi lado, toda una vida, desde que tenemos memoria, siempre caminando a mi lado, en las buenas y en las malas, con y sin enfados, siempre con una sonrisa de oreja a oreja tan contagiosa.

De verdad me faltan las palabras para poder agradeceros cada milésima de segundo que habéis gastado conmigo, por cada sonrisa y cada momento que hemos pasado juntos; cada domingo con el Olímpico lleno, cada partido en el banquillo, cada película, y cada tontería.
Porque todos hablan del Bernabéu, del Camp Nou, Old Trafford, pero yo me conformo con un domingo en los Glacis con vosotros, si no es mucho pedir, con un balón rodando con magia, porque eso es lo que tenemos, magia, con cada tiro, cada pase, o cada ruletita de Juan, sea lo que sea, es magia. Porque con una mirada ya sabemos donde tiene que ir ese pase, donde va a ir ese tiro y el golazo que vamos  a marcar. Porque este tiempo, el fútbol no ha sido solo un deporte, ha sido algo indescriptible que nos ha unido cada partido, porque sí, ha sido un placer jugar con vosotros.

Creo que he escogido un buen compañero de viaje, al loco, al mono, a Dani, al fin y al cabo, os vais a aburrir mucho sin nosotros liándola, lo sabéis.
Las despedidas siempre son amargas, y no me gusta acabar así un blog, simplemente esto es un hasta pronto que quiero que recordéis con una sonrisa, como cada recuerdo de estos 4 años, que sin duda serán más estemos donde estemos, pero como ya sabéis que soy de lágrima fácil, no quiero acabar de forma dramática.


                                               Simplemente…Gracias y hasta pronto.

Por cada borrachera/tajá (para variar) Vivan los Bartolos.

Por cada momento inolvidable juntos.
Por cada partido, cada gol, cada pase, cada tajá, cada conversación y sí, esta es la mejor foto que había, se siente Chico.
Por cada tarde de fútbol, por esa final de Copa, por cada discusión y porque ya has asimilado lo de Casillas.
pd: Lo de las ruletas, las justas (risas)
Por cada Clásico juntos, por cada pique Madrid-Barcelona que sin vosotros no sería lo mismo.

Porque vales mucho y aunque me vaya no quiero que se te olvide nunca sonreir, porque eres el mejor hermano que se puede tener.
Porque eres el Chico más grande, Il Capitano.
Porque estos años no tienen precio.

Porque a este no me lo quito de encima ni con agua caliente...
Por ser la cerdita más bonita del lugar, desde los 10 años, hermano.
Porque los partidos contigo son un placer jugarlos, gane, pierda o empate.
Gracias
Por ser los más grandes.
Porque el PANAMERA se traslada a Madrid.
Por Málaga.
Gracias por estos años inolvidables, porque sois los mejores y espero que nunca se os olvide, que nos vamos pero no os libráis de nosotros, que os echaré mucho de menos. GRACIAS,GRANDES.
Y aquí está la canción del verano en el que todo empezó.


domingo, 7 de julio de 2013

Più ridicolo di quanto previsto

De esto que tu madre te dice ‘’si tus amigos se tiran de un quinto, ¿tú lo haces?’’. Capaz eres de hacerlo. No voy a meterme en tus razones, no voy a cuestionar tu decisión pero…Tú, que tanto presumías de amor…Tú, que tanto presumías de felicidad…Tú, que tanto alardeabas de tus virtudes como pareja…Tú, ¿haces esto?, ¿de verdad? Pensaba que el hipócrita era yo. Has quedado retratado como consecuencia de tus decisiones y de tus actos, has quedado mal, muy mal comparado con lo mal que ya quedaste por aquel invierno. Te has llevado la contrario a ti mismo, cosa que todavía no llego a comprender. Presumías, dos días después, de tener en el bote una nueva…llamémosla ‘’presa’’…pues eso, presumías y te quedaste a dos velas. Presumías de una amistad, gran amistad y acabas transformándola en aquello que rechazabas. A ti no hay quien te entienda-. Parece que aquella conversación con los italianos te afectó bastante, aquella noche en la que parece ser te diste cuenta de que te has quedado muy atrás, de que en la carrera, saliste último y no has adelantado a nadie, pues amigo, con lo que acabas de hacer, creo que si no sigues último es porque te han descalificado. Dejemos de lado todo lazo de cariño o afecto que me una a quien dejas, `porque a ti simplemente respeto, y poco porque la verdad no te lo has ganado tanto como crees. No me va eso. Pareces una burda imitación, ¿qué te falta?, ¿el Made in China? Las personas son muy diferentes, unos altos y otros bajos, unos gordos y otros flacos, unos del Madrid y otros del Barcelona, y tú eres también diferente, lo que, como a todos, te hace muy especial, para quien se crea tus mentiras, de manera que para mí no. Dime de qué presumes y te diré de qué careces, así que más te vale no alardear delante de mí porque las risas están garantizadas, damas y caballeros. No sé lo que pretendes pero ni están un escalón por encima de nadie ni en un pedestal, y tu comportamiento te coloca justo por debajo de del resto. Y después de estos años, se te va conociendo poco a poco, vas siendo algo más que predecible. Y de esto saco mis conclusiones propias, que das pena y…


¡Qué mal se me da callarme!

lunes, 24 de junio de 2013

Ora o mai più

Demasiados intentos, demasiados golpes, demasiado todo. No estoy hecho para ser bueno, no estoy hecho para aguantar, no forma parte de mí. Ya es hora de cambiar de aires, volverme loco de nuevo, dejar de reprimir mi sinceridad, mis ganas de  vivir, sencillamente…volver a empezar. Los sentimientos son algo que nunca han ido conmigo ni con mi forma de ser, son algo que nunca he conocido ni he tenido intención de conocer; y esto es una mentira que me digo a mí mismo para no acordarme de lo mal que lo he pasado por culpa de ellos, como esos amigos que siempre están de broma y te lo pasas bien pero que te la acaban jugando, sí, yo también tengo uno de esos, y no sé por qué lo sigo teniendo. También tengo un corazón, por muy poco creíble que suene, que late y siente como cualquier otro, que está hecho de piedra para aguantar los golpes que recibe continuamente,  y yo estoy hecho de hielo, para que nadie pretenda que sienta algo que no es verdad.  No sé cuánto más podré aguantar así, no sé, de hecho sí que lo sé. Creo que es el maldito día de pensar más en mí mismo que nunca, ha llegado el momento de ser quien era antes, de que todos vuelvan a odiarme y ser un desconocido para tantos, como mejor estaba, como me gusta ser, estoy convencido…


Arrivato il momento



jueves, 30 de mayo de 2013

Feelings always win. 1-0

Aquel día decidió cambiar el cuento, decidió que repetir la historia primero ha de hacerse y después escribirla. Tras vestirse con sus mejores galones, bajó al salón de baile, como estaba previsto, bellas mujeres y doncellas le esperaban, todas a él, pero él solo la esperaba a ella, a la única que había llamado su atención y allí estaba. Un vestido largo, que le tapaba incluso los pies, esos zapatitos de cristal tan bonitos que llevaba. Bailaron, bailaron y bailaron toda la noche, pero volvieron a dar las doce, volvió a olvidarse del beso y a salir corriendo escaleras abajo y él se cansó, definitivamente se cansó; miró el zapato de cristal y por primera vez, después de todo el cuento, subió sin ni si quiera mirarlo, olvidándose de él, pero con la imagen en la memoria, no en la de la cabeza sino en la que más duele, en la del corazón. Cómo un personaje decidió reescribir el cuento, cómo los policías decidieron saquear la ciudad, cómo el reino comenzó a rebelarse en contra de su rey y cómo las lágrimas del príncipe inundaban la habitación real. Todo se estaba torciendo y claro está, el mundo, el cuento estaba cambiando, su autor, años después volvió a abrir su libro, añadir una serie de páginas y continuar la historia desdichando al personaje que la había cambiado. Llegado el momento, el rey se pronunció:
-        -   Hijo, me parece tan absurda tu decisión…
-          - Padre, no empieces tú.
-          - ¡El reino está perdido, y todo es por tu culpa, porque no has querido continuar la historia!
-          - Es mi historia, así que yo puedo hacer lo que quiera.
-          - Contéstame… ¿estás enamorado de esa muchacha?
-          - Sí…
-          - Entonces, ¿a qué ha venido tanta tontería?
-          - Estoy harto de enamorarme, no quiero, estoy harto de vivir siempre la misma historia, de esta maldita rutina.
-          - ¿Qué rutina?
-          - Esta, vivir este cuento una y otra vez cada vez que a alguien se le ocurre la maldita idea     de abrirlo.
-         -  Esta es tu vida, este es tu cuento y si eres así es porque desde el primer día que pluma, tinta y papel se fundieron en uno, decidiste ser así, tu eres el que ha elegido vivir esto una y otra vez, tú y solo tú eres preso de tu pasado, eres tu historia, tú mismo has considerado ser feliz con esa vida, como todos hemos decidido la vida que tenemos. ¡Nadie se harta de ser feliz!
-          - Pero padre…
-          - No me vengas con sandeces, ¿quisiste o no quisiste enamorarte?
-          - Yo no controlo eso.
-          - Precisamente por eso, porque no lo controlaste la primera vez, porque tuviste la suerte de no tropezar, porque tu historia fue bonita desde el principio, por eso debería ser un placer vivirla eternamente.
-          - Lo es.
-          - Entonces…
-          - Solo quería saber qué ocurriría si llevase la contraria a mis sentimientos.
-          - Hijo, ellos mandan, ni tú ni yo, solo ellos mandan en la gran memoria del corazón.
-          - Cierto…


-          - Y como sabía que ocurriría, toma, el zapato, ya puedes salir a buscarla.

lunes, 20 de mayo de 2013

Dejémoslo en un ''Até logo''



Hoy es un día triste. Hasta el momento, y durante estos 3 años, mi corazón había estado fuerte, unido, firme, como debe estar, pero sabíamos que este día llegaría tarde o temprano. Ambos sabíamos que de nuevo debería dividirse, que por un lado iría el escudo y por otro el genio, que aparentemente solo los unía un papel, un contrato firmado con tinta. Todos están tristes, o algunos incluso alegres, pletóricos  porque te dicen ‘’adiós’’, pero ya sabes que  yo no soy como los demás, que siempre he querido ser como tú, diferente, atrevido, y esos accesorios de borde, chulo, prepotente, etc… Por ser diferente, lo mío no es un ‘’adiós’’, es un ‘’hasta luego’’. Sabemos que nuestra historia no empezó en el momento en el que tú firmaste ese contrato en las oficinas de Bernabéu, sabemos que esto venía de Lisboa, de tus primeros pasos en este maravilloso mundo que me ayudas a conocer cada día mejor.  Hemos viajado a  O Porto, Londres, a Milán, y llegó, después de admirarte cada día, después de ver las maravillas que has hecho, las Copas, Ligas y Copas de Europa que has conquistado partiendo de la nada, después de proclamarte dueño y señor del fútbol, de mi fútbol, después de todo eso llegó el día. Llegó aquel maravilloso día en el que mi sueño se cumplió, me desperté con un titular, una imagen y una sonrisa que tenía un motivo ‘’José Mourinho es el nuevo entrenador del Real Madrid’’. Tu llegada fue la mejor noticia que se le podía dar incluso a los que te odian, aquellos cuyas bocas has tapado. Desde tu llegada has sido el malo, siempre, contracorriente, diciendo lo que piensas, verdades como puños, como tú mismo dirías ‘’No son quejas, son verdades’’, muy chulo, muy borde, muy prepotente, todo lo que quiera, en lo que sea pero el mejor. Allá por las islas te ganaste ese apodo, ‘’The Special One’’, y aquí has conseguido uno que te ha hecho más grande de lo que ya eres, por si no te parece suficiente, ‘’The Only One’’, el único que ha conseguido ganar las 4 grandes Ligas, y las 4 grandes Copas, y supercopas. Solo has tenido un pequeño trapies, la Champions, la Décima, la ansiada, esa que estos 3 años hemos acariciado gracias a ti, porque antes caíamos a las primeras de cambio, has logrado que el Santiago Bernabéu vuelva a rugir en una noche mágica de esas que le gustaban al 7, has conseguido que vuelva el ‘’miedo escénico’’ y ha quedado claro que ‘’90 minuti en el Bernabéu son molto longo’’. Hemos vuelto por todo lo alto, mi capitán. Has tenido la más difícil de las tareas en el club más difícil de entrenar , has acabado con una hegemonía que parecía interminable, has vuelto a batir otro record, has vuelto a hacer historia y me has vuelto a  conquistar como ya hiciste el primer día. Te has sobrepuesto a todos los obstáculos, pero supongo que hasta tú tienes tu propio límite. Este es el final, Don José. Pero no es tu finalTe vas, de nuevo a Londres, donde parece ser que te quieren, pero creo que tengo miles de argumentos para demostrarte por que debes quedarte, por qué mi sueño debe continuar, por qué me iría a Londres contigo. Vayas donde vayas, sabes que gran parte de mí, y del fútbol se va contigo, porque eres muy especial. Soy un chaval exigente y siéntete afortunado, siéntete The Special One, eres mi ídolo, eres mi modelo a seguir, eres el mejor que he visto y veré en mucho tiempo, tus formas, tu estilo, tu manera de ver el mundo, tu manera de vviir este deporte, eres muy pero que muy grande, José Mourinho, y por muchos insultos y críticas que recibas, nadie te va a quitar eso, nadie va a borrar la huella y el trozo enorme que ocupas y ocuparás en mí, nadie borrará lo que me has enseñado y lo que me queda por aprender de ti. Por eso esto no es más que un ‘’hasta luego’’ en el que te doy las gracias por devolver a mi club, al Real Madrid, la gloria que ya creía perdida, esto no es más que un  ‘’hasta luego’’ porque ten claro que yo te sigo a todas partes, vayas donde vayas y seas como seas, porque en eso consiste que seas mi ídolo, ¿no? En que siempre vas a ser mi referente. Acepto tu apodo, sí, me llaman Mourinho, dicen que por mi fanatismo, por como grito desde la banda, por mi manera de ver el fútbol y por mi forma de ser, y creo que si en todo eso me parezco a ti, mi vida podría acabar en unos segundos y moriría feliz, lleno de alegría y orgulloso de lo que he sido. Solo pedirte una última cosa, sigue así, no cambies nunca. 


TE QUIERO, JOSÉ MOURINHO.


''I'm not one of the bottle, i think i'm the special one''


''Yo no soy mejor que nadie pero nadie es mejor que yo''

Que te vaya bonito. OBRIGADO, DON JOSÉ MOURINHO.
HOY, MAÑANA Y SIEMPRE, JOSÉ MOURINHO EN EL CORAZÓN.



GRANDE


ÚNICO

Joder, cuánto te voy a echar de menos.