Nunca quise ser poeta, me obligaste. Nunca me propuse
quererte, y no sé por qué lo acabé haciendo, sin quererlo ni beberlo. Tampoco
sé si tú tuviste esa intención, ni si quiera sé si llegaste a hacerlo, después
de aquel fatídico sábado, dudo de todo. Pero sí que me propuse dejar de
quererte algún día, desde el primer día que lo hice tenía esa sensación de que
no iba a acabar bien, por ello digamos que…estaba preparado. Ahora, ese momento
de desolación, tristeza y melancolía en que muchos aprovechan para dar un
poquito de pena, para escribir historias pasadas porque el presente les hace
daño, para plasmar en un papel las corduras de loco que tienen en momentos de
lucidez. Me río de sus lágrimas, hablaban de lo eterno, del amor, y ahora dudan
de él, ¿qué pasa?, ¿desaparece? No, no desaparece, es que ni si quiera
apareció. El amor sigue siendo la meta más difícil para el hombre y os creéis
que con dos besos y tres polvos ya está todo hecho, entonces cupido sería
proxeneta. Ahora empezáis a llorar, a dejar caer las lágrimas sobre el papel, a
incendiar vuestros diarios y a preguntaros qué fue de todo eso, de lo que no
está, de lo bonito, lo precioso, los besos, los polvos…
¿De qué vale? ¿Va a volver? Dando pena provoca mucha risa,
además, más de uno se enamora en cada esquina porque se vuelven muy monótonos
sus pequeños testamentos sobre la muchacha rubia de ojos azules, morena de ojos
verdes, rubia de ojos marrones, y así hasta describir una por una las mujeres
de su ciudad. Me parece ridículo escribir así, en ese tono, siempre con el vaso
de vodka, vermú, cerveza, o si nos ponemos finos, vino, ¿qué pasa que tienen
una reserva imperial? Otra es la del cigarrillo que nunca se acaba, porque si
siempre fuman el mismo cigarro, en el mismo sitio, soltando humo, humo que se
desvanece, claro, si no, no sería humo y la habitación parecería una sauna, pero ese cigarro creo
que es eterno, es una manera muy económica de controlar un vicio.
A veces, me autocorrijo…Siempre me lo tomo con humor, es tan
gracioso, se cumple esa frase que siempre suelen decir los amigos de ‘’Piensa
que siempre hay alguien que está peor que tú’’ Ellos están peor que yo, pero
desde que tomaron consciencia de su capacidad creativa, a la cual yo no
llamaría capacidad porque los temas….bueno, el tema siempre es el mismo y
parece tan desdichada su vida, que desde mi punto de vista de psicólogo
doctorado en la universidad de Neverland les aconsejo la manera más rápida, sin
pastillas ni tratamientos, el suicidio.
Un poquito más de realidad y...¿vida?