miércoles, 28 de noviembre de 2012

DDR16


Un día me lo propuse, un día hace mucho tiempo. Siempre me he obsesionado con esa figura que se sienta en el banquillo, el gran estratega de este deporte, la gran figura que luego da la cara, y ahí, indiscutiblemente mi corazón está ocupado por mi idolatrado tocayo, mi José. Pero me pregunto por qué siempre le he dado más importancia a esa figura que se come la cabeza y pone la mejor puesta de escena en el mejor escenario posible y no a los verdaderos actores. Y después de años de reflexión he llegado a  la conclusión de que nadie había llamado la atención, la actuación de ninguno de esos maravillosos actores me ha llamado nunca tanto la atención. Solo tengo 16 años y he visto mucho fútbol gracias a Dios y he disfrutado como el primero de cada partida, desde el Real Madrid de Vicente Del Bosque, hasta el de José Mourinho, pasando por el Barcelona de Guardiola , el A.C. Milán de Ancelotti y Kaka’, el Manchester United de Cristiano Ronaldo y el incansable Ferguson y la mejor selección de la historia, la selección española bicampeona de Europa y Campeona del Mundo.
Por mi retina han pasado maravillosas jugadas, regates, paradas goles, y todos están ahora almacenados en mi memoria, desde el gol maradoniano de Messi al Getafe  hasta el gol de Iniesta de mi vida a Stekelenburg en Johannesburgo. Puedo nombrar a miles de millones de jugadores; Beckam, Van Nistelrooy, Baptista, Iniesta, Xavi, Messi, Ramos, Iker, Totti, Del Piero, Rooney, Van Persie, Cavani, Maldini, Ronaldo, Figo, Zidane, y así puedo rellenar folios y folios de jugadores que destacan sobre el resto, de fueras de serie.  Todos ellos han sido, son y serán iconos para mí, pero entre ellos destaca uno que no he nombrado, uno que me reservo para el final.


Un centrocampista nacido en Roma, Italia, el 24 de Julio de 1983, un gialorosso que viste con el número 16. Un jugador polivalente y con clase donde los haya, una verdadera figura sobre el campo.  El verdadero gladiador capaz de levantar  al mismísimo Coliseo romano y que coreen su nombre, alguien que ha sonado para los mejores equipos de Europa pero demuestra año tras año que el amor por un escudo es más fuerte que el dinero.


Esa diestra privilegiada queme enamoró una noche en el Santiago Bernabéu a pesar de que esa diestra eliminó al equipo de mi corazón, una diestra con un golpeo envidiable capaz de batir al gran Buffon desde 40 metros. Una cabeza capaz de dirigir el escadrón romano camino de una nueva victoria y rematar todo lo rematable, unos pases prodigiosos que descolocan cualquier defensa. Poco son las ligas y supercopa que has ganado, y un más que merecido mundial con nuestra querida Azurra.Elegancia pura y dura.



No sé como acabar, creo que te podría haber descrito mejor pero eso sería destapar tu verdadera magia. Creo que solo puedo darte las gracias por cada minuto de fútbol que me regalas.


Daniele De Rossi grazie, tu sei il migliore posiamo dare un calcio kondo, grazie pero ogni giocco, go, gol, macanza, la rabbia, tutto, you rock, tu sei il mio idolo.

 TI AMO DANIELE. DDR16


sábado, 17 de noviembre de 2012

Vivere non mentire


Si yo no pido la Luna, no veo justo que se me exija a mí. La vida no es sino una acumulación de mentiras, mentiras que tapan a otras, y son esas tapadas las que se convierten en verdades, verdades olvidadas.
Puede  que el romanticismo no sea lo mío, puede que no sepa describir lo que siento sin ser tan sincero que asuste, puede que no se me de bien ese verbo tan famoso que empieza por ‘’a’’ y termina en ‘’mar’’. Pero yo también me he creído las mentiras de mi vida, mentiras que no eran mías, mentiras que al fin y al cabo me han beneficiado. Puede que vivir sea una gran mentira, que todo sea un sueño y al morir despertemos, o puede que no, que cuando cerremos por última vez los ojos se acabe todo, se acabe la mentira de nuestra vida y nos convirtamos en una verdad olvidada más.

¿Qué sentido tiene toda esta mentira?, ¿para qué engañarnos?
Hay personas que viven mejor engañadas, porque la verdad duele más de lo que pensamos y no estamos preparados para afrontarla, porque cuando llega una persona sincera a tu vida, ya supone un problema. Porque todos preferimos quedarnos con ese chaval apuesto vestido de verde que nunca crece, ese que vuela gracias a los polvos de hadas y nos lleva a rincones desconocidos. Le preferimos él antes que al atisbo de cordura, alguien que ha sabido sufrir, que no tiene una mano, que simplemente quiere hacer su propia historia, que quiere una normalidad fuera de la fantasía, fuera de los libros de Cortázar, bajarte de las nubes y enseñarte el verdadero mundo que tienes a tus pies, ese mundo que dominas pero que tanto miedo te provoca. Pero claro, todo lo que se salga de la gran y maravillosa mentira que es la vida, debe ser malo.
Y esto no es sino volver a engañarnos, esta es la gran verdad olvidada que solo reconocemos durante unos segundos, esos segundos en los que sabemos que se acaba la mentira, en los que sabemos que no hemos sido lo que queríamos ser, que hemos estado escondidos durante todo ese tiempo, sea el que sea, unos mucho y otros poco, pero el que manda es el de arriba, si es que existe.

La última verdad, la única verdad, la breve verdad, hay tantos y tantos adjetivos que podemos añadirle y por desgracia, todos indican ese final desastroso que precipita con el fin. En ese momento nos damos cuenta de que vamos a volar, a llegar a esos rincones desconocidos, pero eso ya lo hemos hecho antes, esa mentira, que ahora, tras cerrar los ojos por última vez, se convierte en verdad, ha sido nuestra vida, nuestra vida ha sido igual que nuestra muerte, que hemos nacido muertos, que no hemos vivido la vida, que hemos vivido una mentira que ha desembocado en nuestra muerte.





 Nos damos cuenta de que mentir, no es vivir.

martes, 13 de noviembre de 2012

Sempre é


Pintaba como una mañana tranquila, el Sol se levantaba de nuevo e iluminaba toda la ciudad, Udine siempre ha sido preciosa a la luz del Sol, pero no tanto a la luz de la Luna. Las nubes empezaban a desaparecer y el dios estival sonreía a todos los habitantes de esa mágica ciudad, precisamente a los mismos que sonrió el día anterior, bueno, a todos menos a uno, y si concretamos más, a una. El Sol iluminaba el centro de la Piazza Primo Maggio, que brillaba con más fuerza que nunca pero con menos alegría, el centro de la fuente estaba teñido de rojo, el agua ya no era cristalina, y el cadáver de Simonetta yacía dentro de ella.
Nadie la había visto la noche anterior, nadie supo donde se dirigía a toda prisa después del trabajo, desde las 16:15, Simonetta ya estaba muerta para la ciudad de Udine. Como en todas las ciudades, la variedad de habitantes es inmensa, al igual que su número y Simonetta no era precisamente de esos personajes estrambóticos que destacase por su forma de ser, sus vestimentas o sus amistades, ni si quiera era muy conocida en la ciudad, hasta ese día.

 Dicen que las noches de Udine son las más peligrosas de Italia, que la Luna suele dar una vuelta buscando almas perdidas por las calles de su ciudad favorita. Sus compañeros dicen que salió tan rápido del trabajo, que Simonetta se dejó hasta las llaves de casa en la oficina, pero nadie supo por qué. Los más cercanos a ella dijeron que llevaba unos días un tanto inquieta, pero nada más fuera de lo normal.
El cadáver tan solo presentaba una herida de bala en la cabeza, exactamente, la bala, encontrada hundida en la fuente, era de calibre 45 ACP, pero eso no aclaraba mucho el asesinato, pero sí la nota que ella llevaba en la mano derecha, un papel doblado y mojado que decía: ‘’ Alma perdida’’.

Las hipótesis siguen sobrevolando todavía por las cabezas de los policías, pero todo lleva a lo mismo, la Leyenda de la Luna, esa estúpida historia que se le cuenta a los niños pequeños para que se duerman.
Sigo dándole vueltas al caso, no soy capaz de quitármelo de la cabeza, ni si quiera puedo dormir sabiendo que la Luna pudo ser la asesina. Pero he decidido volver a dormir, cosa que no he hecho desde que me asignaron el caso. Pero mis ojos tienden a cerrarse más cada noche.

-  ¿Qué hago aquí? Estoy…en la Piazza Primo Maggio y… esa que viene corriendo es… ¿Simonetta?
-          -  ¡Simonetta! – le grito, pero no me oye.
Está viniendo a un hombre, así que voy a esconderme para que nadie me vea y a escuchar la conversación:
-          -  Francesco, por fin estás aquí.
-          -  Simonetta…
-          -  ¿Qué ocurre?
-          -  Se acabó, estoy harto de todo esto, de este mundo de mierda, estoy harto de ti y de tus manías, de tener que vernos a escondidas, que seas lo más oscuro de la ciudad luminosa, no puedo.
-         -   Pero…
-         -   Me quitas vida, Simonetta, me voy…
Se aleja el hombre y Simonetta se arrodilla en el suelo y rompe a llorar, las hojas de los árboles empiezan a caer y se oye una voz:
-          Te avisé.
Entre las hojas, Simonetta coge una nota, no sé que es lo que pone pero ella se va al centro de la fuente…La…La Luna…está bajando, pero… ¿Qué hace?
-         -   Y como cuenta la leyenda, el alma perdida se situó en el centro de la plaza, su rostro quedó perplejo, su corazón latió por última vez aunque ya estaba roto y su alma…voló.
Eran las palabras finales del cuento, la Luna está narrando su propia historia.
-          -  ¡PUM!
Un disparo, y la sangre de Simonetta tiñó el agua de rojo. Y acabo de despertarme en mi cama, y todo está tal y como lo dejé.
Llego al trabajo y...
-          -  ¿A Simonetta la mató la Luna?
-          -  Eso creímos, eso creí, pero la mató el de siempre…



...El amor...





domingo, 11 de noviembre de 2012

L


Llevo desde verano buscando entre las estanterías de mi biblioteca un libro, una frase, una palabra; entre todos mis CDs también busco alguna canción, algo que te describa algo que me diga’’ esta es’’.

No puedo describirlo, no porque no me haya estudiado la lección o no me haya leído el manual de instrucciones, sino porque no sé, simplemente no sé, no me lo han enseñado y solo sé que es muy difícil de aprender. Quisiera encontrar esa manera de decirte que te quiero, esa manera de decírtelo al oído y susurrarte todo lo que siento, dirás: ’’Será el momento, no la manera, ¿no?’’ Pues no, la manera, porque decírtelo así sería como si te llevo al cine a ver una película y tengo que susurrarte para pedirte palomitas y no molestar a nadie, decírtelo así digamos que sería muy fácil y con pocas probabilidades de éxito.
¿El momento? No voy a pensar en el momento porque creo que me pondría nervioso y no me atrevería a hacerlo, y no me gusta seguir guiones si planificar mi vida, prefiero improvisar.

No lo entiendo, si ves mi historial, corrijo: mi largo historial, puedes llegar a pensar lo que piensan todos en general ese cuento de que voy destrozando corazones allá por donde piso, que no tengo sentimientos  y soy el malo malísimo de todos los cuentos.

No lo entiendo, en tan poco tiempo no es normal, no es un flechazo, no llega a eso pero no puede ser, no me gusta pensarlo ni decirlo pero no soy capaz de guardármelo. No voy a decir esas ñoñerías de que quiero despertarme en tu cama ni cosas así. Simplemente busco ese momento de susurrarte al oído lo que todavía no he dicho, lo que todavía me guardo, digamos que la traca final. Pero para hacerlo, necesito saber expresarme, necesito la canción, la frase, necesito algo que me ayude a decirlo.
Y después de tanto buscar, pensar y sentir y sobretodo escribir sin sentido, creo que encontré una palabra, sí…



Tu nombre, esa es la palabra, tu nombre, que por algo te lo pusieron.