sábado, 11 de agosto de 2012

Let's play a game.


¿Cuántos errores puede llegar a cometer una persona a lo largo de toda su vida?

Pueden ser palabras, actos, incluso personas, y si nos ponemos a contarlos, nos haría falta otra vida solo para eso. Pueden ser mentiras, malas palabras, engaños, o simplemente una actitud contraria a la que de verdad pensamos, hipocresía.

Pero creo que este último dejará de considerarse malo, de ser un error, porque el mundo está lleno de tantos hipócritas que va a considerarse algo normal.

De los mayores errores que uno puede cometer es el de ver a una persona y considerarla como alguien igual cuando esa persona, poseedora de todos los defectos del mundo, no le trata así. Si la grasa y sus mentiras  no le hace pensar, no ha de pagarlo con los demás; debería ir al médico a mirarse su gran enfermedad, la de la falsedad. Esos son los errores que mas abultan en tamaño, no en importancia.

Todos deberíamos aprender una valiosa lección. A todos nos falta esa pieza del puzzle; a algunos le falta la de los amigos, a otros la de la personalidad, a otros el instinto de supervivencia, a todos nos falta alguna pieza, pero no es necesario mentir para creernos superior a los demás. Hay una fácil solución. 


Quiero jugar a un juego.
Algunos lo llamar Karma, yo lo llamo justicia.

viernes, 10 de agosto de 2012

Broken toy


No es mi primera vez, por así decirlo. No es la primera vez que me veo en esta situación. Mejores  que tú lo han intentado y mejores que tú han fracasado, soy un veterano en este aspecto.
Digamos que soy el malo, el malo malísimo del cuento; no cuesta imaginarlo, siempre lo soy, encantado. Quisiera pensar que ha sido una decisión repentina, de estas que te arrepientes escasos segundos después de tomarlas, pero sé que viene de largo, que es meditado, que en el guion de la película está escrito, que ya tocaba; pero eso no quita que puedas arrepentirte escasos segundos después de tomarla.

Me he molestado en ser tu amigo, me he molestado en aconsejarte en tus días bajos y sonreír en tus días buenos, pero todo tiene su fin y de preguntarte ‘’ ¿Cómo estás?’’ paso a preguntarte ‘’ ¿A qué quieres que te gane?’’
Porque ha llegado el momento en el que ya no te considero igual que yo, te considero inferior, si te quejabas de que te trataba como la mierda cuando éramos amigos, sí, en pasado, espera ahora.
De la noche a la mañana, todo de la noche a la mañana, de golpe, fue decisión tuya y es la última de tus decisiones que me afecta directamente.

No tengo nada más que decir, he pasado de aceptarlo a enfadarme, de tus amagos de esto que acabas de hacer, de que jugases con nuestra amistad como con un juguete y ahora que está más roto que nunca lo mandes al baúl, ¿sabes que pasa con los juguetes rotos que se guardan en el baúl? Que cuando uno se acuerda de ellos y los quiere otra vez para jugar con ellos, no están ahí, han desaparecido de repente, y entre el humo de la bipolaridad me he desvanecido, tú no me ves y mis preciosos ojos no te ven.
Esto está finiquitado, que me duele, por supuesto, mucho, también, pero soy fuerte, soy yo y no es la primera vez, y tengo a mi mejor amigo, el orgullo, que me ayuda en las buenas y en las malas. Sé que sin ti te va a ir peor que conmigo, porque mis charlas y mi filosofía, te ayudaban un rato, me las guardaré para quien las merezca.

Todos somos sustituibles, llegarán mejores que yo, pero no seré yo, mis ojos, mi sonrisa, mi sequedad, me echarás de menos; llegarán mejores que tú, pero no serás tú, puede que sea bueno o malo pero mi memoria es buena y se acordará de ti.

No vas a arrepentirte, pero no puedes odiar algo que te hizo sonreír un día. Simplemente acabar, una despedida que parece que no duele pero así está escrita. Adiós.


Todo fue al revés de como tuvo que ser.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Walk


Quisiera ir de viaje, irme de aquí, lejos del mundanal ruido. Lejos de esas voces que no paro de oír dentro y fuera de mi cabeza, esas personas que quiero y otras que no soporto.

Irme a una ciudad azul, una que nunca duerma, ser el rey del mundo. Que lo que pase allí se quede allí, los grandes sueños de las grandes personas, las grandes estrellas y los pequeños mendigos están guardados allí.
Un lugar donde poder dar mis largos paseos (en los que siempre me enamoro), donde llegar a ser alguien, una leyenda, una persona que deje huella en el asfalto celestial de sus calles.

Abrir los ojos cada mañana en una cama diferente, romper la rutina, salir del agujero, fotos, cámaras, ruedas de prensa, fans, carreras, realities, locura, desmadre.

Encontrar el maravilloso amor que esconde mi corazón, ser libre de hacer lo que quiera, sin mirar atrás. Únicamente contar con mi sobra, que me abandona por las noches porque tengo mejor compañía. Caminando por la vida se descubren las cosas que todo esconde, los ojos serán de muchos colores pero ven lo mismo aunque no con la misma intensidad. Una vida que simplemente sea mía que yo la viva con toda la intensidad del mundo. Eso sí…



Que nunca me quiten mis paseos.



lunes, 6 de agosto de 2012

Love and royalty


Aquellos tiempos en los que la Tierra estaba dividida, esos reinos fantásticos donde todos soñamos con llegar, esos reyes buenos y malvados, príncipes, princesas, ogros, mazmorras; a esa época me remonto.
Y es que hubo un tiempo en el que dos de los mayores reinos que existían sobre la faz de la Tierra, estaban enfrentados; una causa infantil para unas consecuencias desastrosas. El príncipe Neddar había abandonado las tierras de Invernalia, huyó de la capital, huyó de la furia de su padre, el rey Coldenor, al rechazar el matrimonio con la princesa Albariel, hija de Barathor ; rey de Avalon. Ambos reyes querían unir a sus hijos en matrimonio para unificar los reinos, para unir las familias, compartir sangre; pero el príncipe declinaba la propuesta, no conocía a la princesa, jamás la había visto y no tenía sentido verla el día de su boda, pero los tiempos que corrían eran difíciles y tuvo que abandonar el reino.

El rechazo a su hija, a su propia sangre, enfureció al rey Barathor que declaró la guerra a Invernalia para unificar los reinos, sí,  pero solo quedaría uno. Los ataques comenzaron, eran incesantes, la gente huía hacia las cuidades protegidas, las capitales, se encerraban en los castillos. Mientras, la princesa Albariel intentaba persuadir a su padre de que la guerra no llevaría a ninguna parte. Invernalia, tierra del frío,  de los largos inviernos, las noches interminables, los árboles susurraban los nombres de los yacidos en ese bosque, los soldados enemigos enloquecían antes de llegar a las tierras del rey Coldenor. Avalon, tierra de la despreocupación, hogar del hierro, las prostitutas, el desmadre, siempre creyó ser el reino superior, su rivalidad con Invernalia duró siglos y siglos.

El príncipe Neddar se escondió en uno de los numerosos castillos donde escribió una carta a su padre:

Querido padre,
La guerra es la opción que tanto Invernalia como Avalon han escogido. No soy nadie, tan solo el príncipe, y mi autoridad no se acerca a la vuestra pero si para conseguir la paz es necesario contraer matrimonio con esa desconocida, solicito una cena de paz entre ambos reinos.
Fdo: Neddar

La respuesta a la propuesta de su hijo fue positiva, y pocas semanas después, aunque continuasen los enfrentamientos, en el Palacio de Invierno se reunieron ambos reyes y sus correspondientes hijos.
Neddar se sorprendió al ver entrar por la puerta a la princesa Albariel, el esperaba una dama fea, vestida con arapos, como contaban las leyendas de Invernalia que era la gente de Avalon; pero era una bella dama, con una mirada penetrante, unos ojos color esmeralda y unos cabellos rubios interminables.
Albariel tampoco esperaba que el príncipe Neddar fuese tan apuesto, robusto, fuerte, alto, cabellos rubios y una mirada de ojos azules que alcanzaba el alma, sin olvidar su encandiladora sonrisa; ella esperaba un príncipe gordo, grosero, feo, sucio tal y como las historias de Avalon contaban de los hombres de Invernalia.

 La tensa cena comenzaba…
-          ''¿Por qué no quieres casarte con mi hija, principito?''
-        ''  No ataquemos a los muchachos, Barathor, esto es entre los dos reinos, los dos reyes.''
-          ''Intento unir nuestras familias, nuestros reinos, y obtengo esta respuesta, que desprecio…''
-          ''Majestad, no es desprecio pero no puedo casarme con alguien a quien no he visto nunca'' – dijo Neddar
-         '' Chico, ¿prefieres la guerra?''
-         '' No puedes ser tan injusto, no en todos los reinos se aplican las leyes de Avalon.''
-          ''Claro que no, pero yo sigo esas leyes, son las mías.''
-         '' Las siga quien las siga, no puedes imponer las leyes de Avalon al heredero al trono de Invernalia.''
-          Soy Barathor, rey de Avalon, el mayor de los reinos y…''
-         '' Pero no el más poderoso.''
-          ''Eso queda por demostrar.''
-        ''  Me informan que vuestro mayor ejército acaba de caer en el gran muro de Invernalia en una ofensiva para despistar a mis soldados.
-          ''Es un farol, no puede ser.''
-          ''¿Quiere la cabeza de su general?''
-        ''  Se acabó, me voy de aquí''- Neddar se levantó y salió de la sala.
-          ''Y yo, estoy harta…''- Le siguió Albariel.
Neddar se dirigió a su cuarto pero al ver que Albariel le seguía, se detuvo:
-          ''¿Me estais acosando, princesa?''
-         '' Tengo un reino a mis pies, principito, no creo que sea necesario acosaros.''
-          ''¿Queréis casaros conmigo?''
-          ''¡No!''
-          ''Excelente, preparaos para perder la guerra.''
-          ''Vos ganareis la guerra y yo ganaré en la cama.''
-          ''¿La cama?''
-          ''Olvidadlo principito...''- Dijo dándose la vuelta.

Neddar la agarró del brazo la hizo girar y mirarle de frente, sus ojos esmeralda le perforaron el alma, ella sentía lo mismo. Sus almas brillaban.
-          ''Quitad vuestra realeza del medio, olvidaos de la Tierra Media, de Avalo, Invernalia, de todo, venid al reino mago que guardo en mi corazón, casaos conmigo.''
Albariel cerró los ojos…
-         '' Sí…''

Ambos se fundieron en un beso que duró la eternidad. En ese instante  ambos reyes salían a trompicones de la sala, pegándose mutuamente y al ver el beso, sonrieron, pero una luz invadió la sala, una luz que salía de ambos príncipes, una luz que cegó todo.

La luz desapareció, abrieron los ojos y estaban sentados en el trono, rey y reina, en un gran palacio, la reina Albariel se asustó, miró a su marido Neddar que sonrió.




- ''Te dije que vendrías a mi reino mago...''