lunes, 15 de abril de 2013

The Only Two


Simplemente elegí el camino que quise, sí, el más largo, pesado, horrible y el que nadie quiso, pero lo elegí. Yo escogí ser quien soy, pero como diría Sartre ‘’Primero se es y luego se va siendo’’ .El responsable y culpable número uno y, si nos ponemos rigurosos, dos y tres, de mi actitud y mi forma de ser soy yo, el podio es mío. Pero después de esos números, hay una lista infinita de culpables con nombres y apellidos en orden, no de importancia, sino de desprecio.

 Pero son simples accesorios, como las máscaras que se ponen ellos al salir a la calle, son simples actores de la gran obra, la mayor obra jamás escrita, mi obra, mi vida, esa en la que soy protagonista, director y guionista, y he de decir que es mucho trabajo. Pero al fin y al cabo soy yo el que escribe lo que sucederá en cada capítulo, soy yo quien sabe lo que dice y soy yo el que actúa y sobreactúa lo que quiere, no tú, número  4.

Si yo mismo elegí ese camino fue porque nadie lo escogería, fue porque sabía y sé que estoy solo en esto que solo puedo fiarme de mi mismo y de mi gato, nada más. Mi temperamento de italiano nunca asimiló eso de recibir órdenes, nunca se me dio bien obedecer y mucho menos a ciertas personas innombrables.

¿Tengo que pedir perdón?  Pedir perdón por ser un chulo, borde, insoportable, prepotente, dañino, un demonio en toda regla, sí señor. O quizás deba pedir perdón por ser yo mismo cada segundo de mi vida sin dejar que los demás dominen mi vida y decidan por mí. ¿Pedir perdón? Pedir perdón por mis malas formas, mi tozudez  y mi orgullo. O tal vez deba pedir perdón por no dejar que nadie me pase por encima porque sé que, como diría el más grande de todos, mi amado tocayo José: ‘’Yo no soy mejor que nadie, pero nadie es mejor que yo’’.

Debo arrepentirme de cada cosa que he hecho solo porque no he beneficiado a los demás y he buscado el beneficio propio, debo hundir mi barco con tal de que el resto, que también desea hundirlo, siga a flote.
Creo que este es uno de esos momentos en los que más orgullos me siento de mí mismo, es uno de esos momentos en los que me miro al espejo, al poster de mi habitación y digo ‘’Aquí estoy’’ En el que me veo reflejado en él, en el provocador nato, el chulo, el prepotente, el ganador por excelencia, el más grande, dejémoslo en que él es ‘’The Only One’’ y con su permiso yo soy ‘’The Only Two’’



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