Estimado amigo,
Te escribo hoy sin ningún motivo
ni precedente. Simplemente por esta rutina que no para de atormentarme y que
creo que no soy la única que se siente así por lo que he de suponer que estamos
en el mismo bando.
Otra vez he vuelto a caer, y de
nuevo vuelvo a escribirlo. Hoy le he vuelto a ver, de lejos, sentado, como en
la taberna, con ese tatuaje que le caracteriza en su brazo derecho, mi
perdición. Me he perdido en la lectura de este libro que no para de darme
hachazos, me he cansado de vivir esta historia una y otra vez como si de mi
mismísimo infierno se tratase, siempre con el mismo final sin ninguna
oportunidad para cambiarlo, ¿por qué? No lo sé. No soy yo a que tiene la pluma
y la tinta de mi vida, la tiene mi corazón, tan negro como el petróleo y tan pequeño
como un gnomo.
Pero me parece que ya han sido
suficientes las lágrimas que he derramado a lo largo de estos interminables
años de soledad, de mala suerte y de perdición en los que busco y no encuentro
lo único que toda persona quiere tener…su final feliz. ¿Quién es el destino
para arrebatármelo? ¿Por qué siempre lo rozo con la punta de mis dedos y sale
volando como si de un hada se tratara? No lo logro entender, y por eso te escribo, en busca de mi respuesta, de nuestra
respuesta.
¿No merecemos descansar después de
tantas batallas? ¿No merecemos la oportunidad de limpiar nuestro corazón? Ya no
sé a quién acudir después de tanto tiempo. Fuiste tú quien me enseñaste, quien
siempre me daba la solución al problema que me rondaba, pero por una vez y solo
por esta vez seremos los dos quienes descubramos esta solución. Por una maldita
vez podremos reír los últimos y hasta el fin de nuestros días, o podremos
llorar apoyados en un hombro ajeno, un hombro que nos devolverá el abrazo, la
sonrisa o incluso las lágrimas. Un beso, de esos mágicos, esos besos que
despertaron a la más dormida de las doncellas o al corazón más congelado. Un
maldito beso que supondría nuestra perdición, ¡perdámonos!, estoy harta de
tener que encerrarme, estoy harta de tener que soportar las sonrisas de todos
los que desprecio.
Lo he intentado todo, magia,
muerte, todo lo que está escrito que puedo hacer, pero estoy harta de que otros
sean los que escriban mi historia; quiero tener esas sonrisas, quiero tener
esos besos, quiero tener alma, un corazón puro y alguien que me quiera, y por
fin podré decir que he conseguido mi final feliz, el que se me negó desde mi
propia creación.
Creo que es el nuestro momento, amigo, y esta vez nadie puede arrebatárnoslo.
Atentamente, la Reina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario