19. Ha pasado otro año
más, otras miles de aventuras que contar a los que vengan detrás de mí y que
recordar con los que están a hora. No puedo estar más feliz y orgulloso de
quien soy y de cómo he llegado hasta aquí. La vida es un cúmulo de decisiones,
es un camino a seguir en el que hay muchos obstáculos y muchos caminos que se
cruzan pero pocos son los que se unen en mi camino, y aún menos los que se
quedan.
19. Cada decisión ha
sido un paso de gigante, una alegría o una tristeza de la que he aprendido más
que en cualquier clase. Porque los mejores profesores son la familia, los
amigos y todos los allegados que dejan su huella en mí, una huella que perdura
aun cuando no están o cuando están muy lejos.
19. Siento mucho que
aquellos que no supieron unirse en mi camino hayan tenido que dejarlo, han dejado huella, pero se borra, la huella de la memoria perdura toda la vida,
pero la huella en el corazón es muy difícil
de marcar. Sin duda su camino es el mejor sin mí, y el mío es mejor sin
ellos, y jamás olvidaré lo que me han llegado enseñar.
19. Ha sido el año de
la mayoría de edad, ha sido el año de
Madrid, de dejar el nido, de dejar atrás a todo, a la familia, a los amigos, a
los recuerdos, que han forjado todo lo que soy, levantarme cada mañana sin ver
la ventana de Ale o sin ver a Bárbara en clase, sin salir por las tardes con
Diego o jugar un partido los viernes y domingos, ha sido el año en que habéis estado lejos a la vez que cerca,
habéis estado ahí, como siempre.
19. Ha sido el año de
las alegrías, el año en el que el madridismo se desató con el gol de Bale en
Mestalla y el año de Lisboa, de las lágrimas y la madrugada en Cibeles, de la
ansiada Décima y las celebraciones, ha sido el año del Real Madrid, un detalle
que lo ha hecho demasiado especial.
19. Dicen que el día de tu cumpleaños es tu día,
es el día especial en el que todos celebran que naciste, que estás con ellos,
pero para mí es el día de todos, porque siempre digo que uno no puede nacer
grande, que a mí me hacen grandes los que están a mi lado, los que siguen en mi
camino, los que me levantan cuando me caigo, los que me sonríen cuando lloro y
los que me dan un abrazo o una buena hostia cuando la necesito. Es el día de
daros las gracias por vuestros “Felicidades” pero también para daros las gracias
por lo que sois, por quienes sois y por lo que me habéis hecho ser, porque no
sería nada sin vosotros, sin mi familia y mucho menos sin mis amigos.
19. Sabéis
perfectamente que os merecéis un párrafo, qué digo, un libro para vosotros
solos. A ti, Ángel, mi compañero de viajes, ¿quién me lo iba a decir? Que estaríamos
codo con codo en la Capital, que te vendrías a Cibeles ese día tan especial,
que estaría a mi lado como siempre lo has estado. Y a ti, Ale, cada año me
quedas con menos palabras, cada año eres único y te superas, cada año me siento
más orgulloso de presumir del hermano mayor que tengo.
19. Y vosotras también
os merecéis mención, Bar, eres muy fuerte y muy especial, gracias por estar ahí
toda la vida, por compartir penas, alegrías, poemas y canciones, y gracias a
esa pedazo de madre que tienes, a la gran Tita Toni, que nos acoge, nos cuida y
nos aconseja, gracias por ser como eres y espero que no cambien nunca.
19. También es un día
para acordarme de los que se fueron, de mis dos ángeles de la guarda, esa parte
de mi alma que se fue pero sigue cuidándome allá donde esté, esas dos personas
que me enseñaron a vivir e incluso a contar.
19. Y, finalmente, lo
siento por quitarle el protagonismo a Jesucristo, pero gracias a todos aquellos
que dedican un solo segundo en mí, malo o bueno, pero un solo segundo, porque
soy alguien en la vida por quien tengo a mi lado, y así otro año más.
Un año más grande, un año más nuestro. Gracias. Vosotros sois mi magia.
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