No es mi primera vez, por así decirlo. No es la primera vez
que me veo en esta situación. Mejores que
tú lo han intentado y mejores que tú han fracasado, soy un veterano en este
aspecto.
Digamos que soy el malo, el malo malísimo del cuento; no
cuesta imaginarlo, siempre lo soy, encantado. Quisiera pensar que ha sido una
decisión repentina, de estas que te arrepientes escasos segundos después de
tomarlas, pero sé que viene de largo, que es meditado, que en el guion de la película
está escrito, que ya tocaba; pero eso no quita que puedas arrepentirte escasos
segundos después de tomarla.
Me he molestado en ser tu amigo, me he molestado en
aconsejarte en tus días bajos y sonreír en tus días buenos, pero todo tiene su
fin y de preguntarte ‘’ ¿Cómo estás?’’ paso a preguntarte ‘’ ¿A qué quieres que
te gane?’’
Porque ha llegado el momento en el que ya no te considero
igual que yo, te considero inferior, si te quejabas de que te trataba como la
mierda cuando éramos amigos, sí, en pasado, espera ahora.
De la noche a la mañana, todo de la noche a la mañana, de
golpe, fue decisión tuya y es la última de tus decisiones que me afecta directamente.
No tengo nada más que decir, he pasado de aceptarlo a
enfadarme, de tus amagos de esto que acabas de hacer, de que jugases con
nuestra amistad como con un juguete y ahora que está más roto que nunca lo
mandes al baúl, ¿sabes que pasa con los juguetes rotos que se guardan en el
baúl? Que cuando uno se acuerda de ellos y los quiere otra vez para jugar con
ellos, no están ahí, han desaparecido de repente, y entre el humo de la
bipolaridad me he desvanecido, tú no me ves y mis preciosos ojos no te ven.
Esto está finiquitado, que me duele, por supuesto, mucho,
también, pero soy fuerte, soy yo y no es la primera vez, y tengo a mi mejor
amigo, el orgullo, que me ayuda en las buenas y en las malas. Sé que sin ti te
va a ir peor que conmigo, porque mis charlas y mi filosofía, te ayudaban un
rato, me las guardaré para quien las merezca.
Todos somos sustituibles, llegarán mejores que yo, pero no
seré yo, mis ojos, mi sonrisa, mi sequedad, me echarás de menos; llegarán
mejores que tú, pero no serás tú, puede que sea bueno o malo pero mi memoria es
buena y se acordará de ti.
No vas a arrepentirte, pero no puedes odiar algo que te hizo
sonreír un día. Simplemente acabar, una despedida que parece que no duele pero
así está escrita. Adiós.
Todo fue al revés de como tuvo que ser.
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