Un día me lo propuse, un día hace mucho tiempo. Siempre me
he obsesionado con esa figura que se sienta en el banquillo, el gran estratega
de este deporte, la gran figura que luego da la cara, y ahí, indiscutiblemente
mi corazón está ocupado por mi idolatrado tocayo, mi José. Pero me pregunto por
qué siempre le he dado más importancia a esa figura que se come la cabeza y
pone la mejor puesta de escena en el mejor escenario posible y no a los
verdaderos actores. Y después de años de reflexión he llegado a la conclusión de que nadie había llamado la
atención, la actuación de ninguno de esos maravillosos actores me ha llamado
nunca tanto la atención. Solo tengo 16 años y he visto mucho fútbol gracias a
Dios y he disfrutado como el primero de cada partida, desde el Real Madrid de
Vicente Del Bosque, hasta el de José Mourinho, pasando por el Barcelona de Guardiola
, el A.C. Milán de Ancelotti y Kaka’, el Manchester United de Cristiano Ronaldo
y el incansable Ferguson y la mejor selección de la historia, la selección
española bicampeona de Europa y Campeona del Mundo.
Por mi retina han pasado maravillosas jugadas, regates,
paradas goles, y todos están ahora almacenados en mi memoria, desde el gol
maradoniano de Messi al Getafe hasta el
gol de Iniesta de mi vida a Stekelenburg en Johannesburgo. Puedo nombrar a
miles de millones de jugadores; Beckam, Van Nistelrooy, Baptista, Iniesta, Xavi,
Messi, Ramos, Iker, Totti, Del Piero, Rooney, Van Persie, Cavani, Maldini,
Ronaldo, Figo, Zidane, y así puedo rellenar folios y folios de jugadores que
destacan sobre el resto, de fueras de serie.
Todos ellos han sido, son y serán iconos para mí, pero entre ellos
destaca uno que no he nombrado, uno que me reservo para el final.
Un centrocampista nacido en Roma, Italia, el 24 de Julio de
1983, un gialorosso que viste con el número 16. Un jugador polivalente y con
clase donde los haya, una verdadera figura sobre el campo. El verdadero gladiador capaz de levantar al mismísimo Coliseo romano y que coreen su
nombre, alguien que ha sonado para los mejores equipos de Europa pero demuestra
año tras año que el amor por un escudo es más fuerte que el dinero.
Esa diestra privilegiada queme enamoró una noche en el
Santiago Bernabéu a pesar de que esa diestra eliminó al equipo de mi corazón,
una diestra con un golpeo envidiable capaz de batir al gran Buffon desde 40
metros. Una cabeza capaz de dirigir el escadrón romano camino de una nueva
victoria y rematar todo lo rematable, unos pases prodigiosos que descolocan
cualquier defensa. Poco son las ligas y supercopa que has ganado, y un más que
merecido mundial con nuestra querida Azurra.Elegancia pura y dura.
No sé como acabar, creo que te podría haber descrito mejor
pero eso sería destapar tu verdadera magia. Creo que solo puedo darte las
gracias por cada minuto de fútbol que me regalas.
Daniele De Rossi grazie, tu sei il migliore posiamo dare un calcio kondo, grazie pero ogni giocco, go, gol, macanza, la rabbia, tutto, you rock, tu sei il mio idolo.
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