martes, 4 de diciembre de 2012

Brutta Vita


Despertarse en el campo, abrir los ojos en mitad de la noche bajo el sol que me despierta, solo, tumbado a ras de suelo sobre el césped, con la única compañía de las nubes, que también me dejan solo y se van. Me quedo pensativo una vez al mes, los demás días no me gusta reflexionar, pero ellas siempre provocan una sensación de extrañeza que me invade y no me deja disfrutar del día, ni de la noche.

Bueno, solo del día, porque todas esas veces me levanto con esa sensación de amnesia, sin recordar nada de lo que ha pasado y siempre tumbado en esta pradera. Pero esta vez ha sido diferente, no ha sido como esas noches que nunca recuerdo nada de lo que sucede desde que se pone el sol, esta vez sí que me acuerdo de parte de ella, de la hoguera del patio, las voces y los gritos, que habían estado precedidos por una nueva discusión, la peor de todas. Había salido a despejarme al jardín, estaba harto de llorar en casa y necesitaba salir y olvidarme de todo lo que había pasado, tenía pensado uno de esos paseos nocturnos que me hacen pensar, recorrerme todo el pueblo, casa a casa, calle a calle, recordando todo lo que me había sucedido por esos sitios, pero a partir de una mirada al cielo, mi memoria no alcanza para más, todo se vuelve oscuro hasta que he abierto los ojos.

Nada tiene sentido una vez al mes, pero esta vez es horrible, me siento vacío, sin sentimientos, sin vida me siento horrible, es la única noche que no quiero pasar por alto, la única noche que sé que no voy a tenerla a mi lado, sé que voy a morir de pena en mi ama esperando a que vuelva, sé que mi vida va a carecer de todo sentido. Esta noche no la puedo olvidar, la sangre no se me quita de la ropa, aprieto los puños y grito, no puedo aguantar el dolor, no tengo ninguna herida, no tengo ninguna enfermedad, es el dolor de la ausencia, de su ausencia, el dolor de ese sentimiento impronunciable para mí, el dolor de vacío, de la vida sin sentido. Esta noche ha sido una nueva noche de locura, de la que nunca me acordaré ni desearé acordar. Solo es una vez al mes, es mi único consuelo, simplemente…


Es la vida que escogí.

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