sábado, 29 de diciembre de 2012

Treno per il tuo core (Questa volta se)


Supongo que me cansé de vivir una mentira. Me cansé de soñar despierto, dicho de un modo o de otro, me cansé de ser feliz. Me cansé de intentar complacerte desde que te despertabas a mi lado hasta que te dormías quien sabe si al lado de otro. Me harté de que la magia solo fluyese por tus dedos cuando querías dejar de sujetar mis hilos, me harté.

Los recuerdos se agolpan en mi puerta, si no caben, en la ventana, y a veces, incluso en el espejo; buscando cualquier entrada al mundo que les lleve a mí, para que vuelva a ser eso, una marioneta. Pero de eso hace mucho. Tú empezaste a utilizar a otro, con una nariz más grande, uno que te mentía. Yo, mi vida fue, como dijo un grande, una caja de bombones, nunca supe ni ahora sé lo que me va a tocar. Podemos empezar en un patio de Sevilla rodeado de flores, árboles, plantas, no me podía quejar; llevaba una chaqueta con mi corbata azul, un poco manchado por las cenizas del tabaco pero creo que nadie se fijaba. 
Me solía rodear de papeles, de libros y poemas que me llevaron a la locura, de la que todavía no me he librado. Pero todo empezó a recordarme a ti, así que digamos que…hui. A medida que mi corazón latía aumentaban mis viajes, a medida que vislumbraba mis sentimientos, sacaba un nuevo billete de tren rumbo a no sé dónde. Quizás la paradoja es que sigo buscando el buen tren, que todavía no ha pasado, porque ahora que podemos considerarnos iguales, no dependo de ningún hilo que me ate a ti. Puede que no me gustase Roma, París, Udine, New York, Glasgow, Munich, y todos esos hogares de en sueño que he tenido a lo largo de mis innumerables viajes.

 Pero no he encontrado la ciudad perfecta, supongo que nunca encontraré esa cama blanda, oliendo a tu perfume de todas las noches de fiesta, con la almohada manchada de tu pintalabios y la ropa desperdigada por la habitación, y lo más importante, tú. Supongo que nunca lo encontraré. Ahora me dedico a  observar buscando. Está empezando a nevar, sí, hoy, precisamente hoy, el día de tu cumpleaños, los copos de nieve caen con la misma suavidad con la que nos besábamos sentados en el parque donde empezó todo, en nuestro parque, en nuestro banco, nuestro. Quisiera desear vivir mi propio cuento de Navidad pero ni soy el señor Scrouch, ni necesito recordar mi pasado para poder avanzar. Quiero que aparezcas ahora mismo porque estoy justo debajo de un muérdago. Pero los sueños,  sueños son, he vuelto a quedarme dormido en la estación y mi tren está a punto de salir. Bueno…


...Espero que este sea el correcto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario