lunes, 6 de febrero de 2012

A beautiful mind

A veces pienso que me equivoco. A veces me equivoco si pienso.
He de admitirlo, se me da mal eso de pensar, de reflexionar, de mirar atrás, de vivir en el pasado por no saber que hacer con mi presente.
Me repito con cada palabra que escribo, con cada vocablo que entono.
Mis cuerdas vocales no dan para tantas quejas y verdades juntas así que mejor, ver, oír y callar. Eso sí, lo que menos pienso hacer es pensar.
Porque con pararme un solo segundo a pensar, a escuchar la melodía de mis neuronas, quiero dejarlo todo, abandonar, correr sin pausa pero sin prisa, caminar sobre el agua, y ahogarme en alcohol. Digerir error tras error, como el que estoy a punto de cometer.
Me da por pensar que nada es para siempre, que le debo un capuccino a mi vieja amiga conciencia en la guarida, donde solíamos ir antes de salir de fiesta, antes de olvidarnos el uno del otro en toda la noche y recordar por la mañana las hazañas, y arrepentirnos de la mayoría, todo incluido en el menú.
Escuchar de nuevo esa canción, esa melodía imparable, incesante ruido en mi cabeza que nada más que me recordaba un poco, sólo un poco, como era la realidad en la que vivo. Pero me queda demasiado grande.
He aprendido a hablar, de una manera desmesurada y aburrida, parece ser que acuso sin pensar, que mi dedo señala a quien no debe, o a quien no cree que se lo merece.
Que se me ha subido el poder a la cabeza, que los halagos…¿Qué halagos?
De palos me rodean y no quiero hacer una cabaña, aunque me he planteado hacerme un castillito con su piscina y todo.
Creo que hace mucho que no me doy una vueltita por ahí arriba, que Castle no me escribe, que Jack no me mata, que James no me sonríe. ¿Se acabo?
No creo que sea hora de rendirse porque más de uno dé la espalda.
Pero toda esta tontería ha surgido por parar, por dejar la vida a un lado en el cajón de los recuerdos y hacer lo peor que he podido hacer en mi vida , pensar, que me viene fatal.
Que me impide ser yo, que me detiene delante de la línea de meta, que me deja en fuera de juego y me mata con un saque directo.
Quiero mi cielo lleno de nubes, quiero mis nubarrones negros que se espantan con la mejor de las sonrisas, quiero que mis ojos de serpiente brillen con el sol porque el león ha dejado de mandar en la selva, quiero, quiero, quiero, yo, yo , yo, mío, mío, mío, mío, ahora, ahora, ahora…
Creo que ha sido mala idea...



No hay comentarios:

Publicar un comentario