lunes, 13 de febrero de 2012

Lesson Nº 15... Walls have eyes

Sobrevolaban las frías llanuras rusas, para algunos, esa fue la primera y única visita que harían al la ‘’madre patria’’.
El gran gigante europeo se alejaba de sus vidas, mediante avanzaban hacia de nuevo tierras españolas. Pero no era eso lo que importaba en ese avión, los asientos estaban distribuidos de dos en dos, y por el buen comportamiento de los alumnos, Mario había decidido que se podrían sentar de manera opcional, que su compañero de viaje lo elegirían ellos, claro está, excepto los dos que protagonizaron la pelea de la noche anterior.
Dani y Tony se sentaban al lado, no cruzaban ninguna de sus miradas, pero tampoco hablaban, simplemente miraban al centro evitando dar otro espectáculo, que tampoco sería posible ya que un muy enfadado Mario y el pasota de Dimitri estaban sentados justo delante suya.
-         Sigo sin entender por qué vienes a España.- preguntó Mario.
-         No pienso dejarte allí solo.
-         Pero si no saben de mi existencia…
-         Pero lo sabrán.
-         No lo creo, amigo.
-         ¿Acaso crees que no se pasearán por el colegio ningún día, o que no te pedirán reunión, o que los niños no les han hablado de ti? Por Dios Mario, tu ingenuidad no tiene límites.
-         A veces esa ingenuidad me salva la vida, como en el accidente.
-         Eso no fue ingenuidad, eso fue una tontería.
-         ¿Tontería? Estuve a punto de morir.
-         No creo que a ninguna persona con tendencias comunistas se le ocurra infiltrarse con una identidad secreta en una banda neonazi.
-         Si te parece me quedo sentado viendo como tratan a la gente o como esa escoria intenta de un momento a otro viajar a la base alemana.
-         Sabes que nunca llegarán a la base alemana.
-         Hace años que no sabemos de ellos.
-         Ni quiero saber nada más.
-         Yo he venido para ayudarte y detenerles.
-         Pero…¿cómo?
-         Lo primero, nunca debes desvelar a nadie que eres el padrino de Alicia.
Justo detrás de ellos, esa última parte de la conversación, la escucharon tanto Dani como Tony, la reacción de ambos fue tan inmediata como parecida, abrieron sus ojos como platos y se miraron fijamente, pero cuando iban a articular una sola palabra, recordaron que estaban enfadados y el orgullo de ambos hizo que volviesen a la posición inicial del viaje.
Sobrevolaban Italia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario