Empieza la cuenta atrás, mierda, mierda, mierda….
Se acaba la piscina, se acaban los bañadores, la playa, la
arena entre los dedos de los pies, levantarse a horas inaceptables, las fiestas
entresemana que terminan de madrugada.
No pueden pretende que de golpe y porrazo me despida de
todo, que de repente me quiten mi vida, mi tiempo libre; y me rodeen de libros,
de papeles, exámenes y cosas que no entiendo, no, no y no.
El tiempo pasa más rápido de lo normal, no me lo puedo
creer, ha comenzado la maldita cuenta atrás y no tengo tiempo que perder.
No suelo malgastar mi tiempo, por eso soy espontáneo y tomo
decisiones rápidas, improviso, por eso ahora toca escribir. No puedo perder un
solo segundo del poco tiempo que me queda, tengo que aprovechar al máximo lo
poco que me queda de un nuevo verano inolvidable que ya se empieza a hacer
viejo.
Un verano que recordaré el año que viene cuando acabe el calvario de 2º
de Bachillerato, recordaré sentado con un tinto de verano e la terraza de
cualquier bar rodeado de los mejores amigos que nadie puede desear, que por si
nadie lo sabía, los tengo yo. Este verano lleno de sorpresas acaba; mi Real
Madrid ganó la Supercopa, me llevé al gato y al perro de vacaciones, el loco
con el que tenía esos altibajos, sí, el de Bibao, ese, creo que es la persona
que más feliz ha podido hacerme este verano cada segundo.
Hemos pasado un verano juntos, otro más a la lista de los
muchos que se sumarán, y lo sé, me pongo melancólico, será que agosto ya se ha
ido.
A la espera de respuesta.
Gracias Verano.
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