lunes, 16 de abril de 2012

Report nella tabella ( O el cabo apuntador y sus locuras)

De vuelta al mundo de los papeles, de nuevo formando el espectáculo, que poco me duró el verano. Otra vez trabajando, como un perro, con la mesa llena de informes para mañana, llena de borradores de cartas de amor que un día quise escribirte, porque la práctica nunca se me dio bien. Otro infierno rodeado de sellos, de llamadas de teléfono, no para de sonarme  el busca, estoy harto, y mira que es el primer día. 
¿Quién me mandaría aceptar este maldito trabajo en este maldito pueblo y conocerte a ti? 3 errores en una misma pregunta. Antes se hacía más fácil, ¿sabes? Cuando eras tú la que cogía las llamadas de teléfono u ordenabas los informes, y recogías el sello del suelo cuando se me caía, vaya vida que me he buscado. 
 ¿Me la merezco? Todos los días me lo pregunto a mí mismo, pero creo que hace bastante tiempo que dejé de buscarte, un año exactamente. Hace un año que la historia dio un giro inesperado para mí, ese día que me harté de perder y me levanté con ganas de ganar, ese día que me di cuenta de que no vale de nada lamentarse si no tienes motivo para hacerlo. Fue ese día, pero no me voy a atribuir la gloria. 
¿Sabes?, el otro día pase por el instituto, donde tenías a los niños casi tan amaestrados como a mí, creo que has hecho escuela, se veía de zorras paseando por ahí… 
Ayer hablé con mi jefe, dice que desde que te fuiste trabajo mejor, estoy centrado, y eso parece que ha alegrado al general, tanto, que la dice que quiere sacarme de aquí, que estoy desaprovechando, que soy demasiado bueno como para quedarme en Villaescándalo, pero no quiero irme ni a Villaarriba ni a Villaabajo ni a Villaenmedio, eso está muy visto ya. No sé qué planes de futuro tiene pensados para mí, pero se le veía contento, y la semana que viene vendrá a verme. No me acuerdo de nada del fin de semana pasado, ¿estuviste aquí? Vaya ironía, ¿verdad? Que fueses tú la que viniese detrás mía por una vez, que fueses tú la que corriese hacia el aeropuerto.
 No sabes lo divertido que es esto, este pueblucho lleno de horteras y desamparado por la vida, lleno de gente que no sabe ni leer, y otros como yo, que con llevar un traje ya ejercemos respeto por todos, otra ironía.   
Pero el mío no es un traje cualquiera, que conste, todo el mundo sabe quien me lo dio. Vaya mentiras que puedo llegar a escribir, ¿no?, mentiras para unos, verdades para otros, y para los más tontos, sólo son quejas. ¿Mi corazón agoniza? Mi corazón es de piedra, ha dejado de latir, pero yo no soy de hierro aunque lo parezca, no me pongo una capa y salgo de una cabina para salvar al mundo de las desgracias que gente como tú quiere provocar…                                       
 O Sí…



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