Hasta los santos cojones, estoy harto de que todas las noches tenga que desenganchar las putas gomas de la máscara con el pelo.
Una máscara que llevo obligado, bueno, mejor dicho, llevaba.
Será una revolución, creo que es el simple hecho de haberme unido, de hacerme uno con el mayor enemigo que he tenido a lo largo de varios años, haberme enamorado, creo que me ha devuelto la vida.
Porque hay muchas personas que dicen ‘’Te quiero’’, ‘’Te amo’’, pero sé que muy pocas lo dicen e verdad, y esas pocas son correspondida.
Muchos me lo han dicho, me echan de menos, esa manera tan impulsiva de reaccionar, esas frases sin sentido que soltaba en mitad de una conversación en la que ni si quiera debía inmiscuirme.
Es una nueva sensación, un cosquilleo, un sentimiento, joder, se me acaban los nombres, no sinónimos, sino nombres porque sinceramente no sé como llamarlo.
Son tantas veces las que he tropezado con la misma piedra, incluso con piedras demasiado parecidas. Demasiadas veces he perdido los tres puntos en el minuto 93, esta vez no quiero escándalos, no será en Stampford Bridge, será en el Bernabéu.
Ese dichoso cosquilleo que sube de pies a cabeza, no me lo explico, son esas ganas de provocar, de decirte a la cara: ‘’Eh¡ tú, gilipollas, si no vales un puto duro, no rebajes el valor de los demás porque nadie será en la vida una mierda como tú’’.
Dejar de esbozar esa sonrisita falsa que me provoca cada vez que llegan, dar un abrazo falso, dar la mano a quien en realidad quiero darle un puño.
Porque ya tuve un pequeño ataque de sinceridad delante de la persona que mejor me conoce en el mundo e incluso él se sorprendió de mis palabras…
Será que después de todo, sigo multiplicándolo todo por 15, el año que viene 16 y así hasta morir…
Será que me he hartado de vuestras putas caras, que ha vuelto la mejor versión de mi…
Pero he de daros las gracias, dado que si no fueseis tan gilipollas, nunca habría vuelto…
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