domingo, 27 de noviembre de 2011

Estrategia II

Siento volver a utilizar esta palabra, me llamarás pesado, cansino, bueno, tu me llamas de tantas formas que ya no sé cual creerme…
Para mí como ya digo en mis innumerables metáforas, me encanta ver cada una de las estrategias que cada persona utiliza, como cogen papel y pluma y escriben su historia.
Pero tú eres un narrador peculiar, primero pediste colaboración, me hiciste partícipe de tu historia, quisiste que la escribiésemos juntos, pero eso sí, solo la tuya. Después llegó uno de los momentos más irónicos de mi vida, después de haberte ‘’ayudado’’ quisiste hacerme un personaje más, subordinarme a ti, seguir tu guión como muchos parecían hacer, pero en todo historia siempre tiene que haber un malo, y creo que en la tuya soy yo, aunque nunca has querido admitirlo abiertamente.
Como he dicho tantas veces, nos encontramos en un período entreguerras, y si echamos una mirada hacia atrás, independientemente de las victorias y derrotas pasadas, creo que voy ganando. Tanto tú, como tu único aliado miráis hacia atrás, y pensáis ambos ‘’esto molaba’’, aunque tú no lo reconozcas abiertamente.
De nuevo sale la palabra mágica, estrategia, me gusta tu estrategia, juegas al escondite, utilizas armas invisibles creyendo que nadie se dará cuenta de que eres tú quien las dispara. Sigues haciendo daño, y fingiendo que no te das cuenta, pero siempre estás ahí preguntando; ’’ ¿te pasa algo?’’, eres precavido y eso me gusta, pero a la vez me da pena, un día quisiste subordinarme a ti, pero sin darte cuenta, esta vez tienes tanto miedo que te estás subordinando tú a mi, no miedo de lo que yo pueda hacer ni miedo de que te asuste, pero temes mi reacción porque por muy duro que te veas por dentro, sabes que tienes más cosas que perder que yo, incluso tienes más cosas que perder que de ganar. No es una amenaza, tampoco un ataque de creidez o egocentrismo, pero creo que no ha habido Guerra porque yo no he querido…
Soy prudente en pocos aspectos y en esto lo seré, según la metáfora, seguiré, sí, esa gran estrategia que mis antepasados utilizaron, la de Otto Von Bismarck, provocar, provocar y provocar, pero jamás declarar la Guerra, y tengo un gran maestro para la provocación.
No voy a empezar esta vez yo, porque luego me llevaré las culpas aunque todo se solucione. Tú dices que no quieres empezar, pero no lo demuestras.
Yo no voy a cambiar, y tú y tampoco, así que…Habrá Guerra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario