Porque un clavo no quita otro clavo. Nunca aprendió la
maravillosa lección de la vida, esa que dice…bah, ¿para qué acordarme?
Pero parece que todo vuelve a la normalidad, que las
estrellas vuelven a brillar tanto como antes, el Sol vuelve a perder la ilusión
de ver a la Luna, y él se recoge a altas horas de la madrugada.
Los minutos se hacen muy largos, y las noches de verano,
eternas. Los cuerpos bailando por la playa, los malditos espejismos del
corazón, los amores de verano se vuelven reales.
Esa sensación de libertad cada segundo que pasea por la
arena, cada vez que la espuma del mar le roa los pies. Un sentimiento que ni si
quiera debería reconocer ese nombre, una estrella más en el cielo, pero
demasiado fugaz, empieza a sonar la música y no reconoce la canción entre
tantas voces, además, el alcohol ha hecho de las suyas.
Ha cruzado miradas con tanta gente que no se par pensar si
pueden significar algo para él o para ellas. El ritmo se vuelve imparable y
empieza a bailar alrededor del fuego, corriendo ese peligro de caerse, de
quemarse, de empujar a alguien, pero con una botella en la mano, memoria le falla
demasiado .
Ha repartido todos los pedazos de su corazón entre la
mayoría de la gente, hay demasiadas chicas, de ojos marones, verdes, azules, y
ninguna despierta la curiosidad que desertó en su tiempo la innombrable.
No suele fijarse en el pelo, pero esa rubia que hay en la
barra le impresionó bastante, ojos azules, o tal vez verdes, no se distinguí
entre la luz, el alcohol y todo lo demás.
Se ha parado, se han visto, pero, ¿se acerca, o no?
Miedo a fallar, miedo a sentir, lo de siempre, para variar.
Pero, ¿qué daño hace bailar un poco? Nada tiene sentido desde que empezó la
noche, esto está empezando a cuajar y todavía no tiene nada planeado.
Esto empieza, y todavía no sabemos que hacer.
Que poco sentido tienen las cosas a las 5 de la mañana
tumbado en la toalla al lado de un nuevo amor de verano, de otro espejismo.
Empieza el baile y no tiene pareja, no quiere soltar la
botella.
Pero si hoy es el primer día, tampoco debemos darnos prisas,
nada funciona a la primera, ojala.
Pero no estaría mal estar acompañado en la toalla.
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