jueves, 10 de mayo de 2012

Fed up


Por enésima vez, demostrado; demasiado complejo para toda la vida.
No necesité un empujón, pero me costó dar dos pasos hacia delante, decidí entrar en el juego, tirar el dado, ¿por qué no? Pobre iluso…
Que atrás quedan la Oca y el parchís cuando surge el maravilloso y desastroso juego de amor.
Aprendes más de lo que te enseña, eso sí, no te conviene jugar más de una ve, no engancha, repele.  No te vale saber idiomas en el extranjero, ni saber bailar en la pista, esta vez no se trataba de usar el coco, sino algo que esta un poco más abajo, del cual algunos carecen y otros me lo planteo.
En los días de calor, en verano, piscina, playa, de corto, de tono, joder, de tono.
En las frías noches de invierno, esas en las que decide poner su aliento en tu nuca por última o por primera vez, esas noches de pizarra en las que más se aprende.
Que bonito es ganar en este juego, pero es tan complicado que poco llegan a conseguirlo, no siempre gana el mejor y lo he comprobado en 1º y 3º persona,  pero  todo  forma parte del juego, las jugarretas, las marionetas, de todo.
Un día decidí hacerle la pelota, pero como no funcionó, paso de tirar el dado, ya desvarío, escribo menos y lo poco que escribo siempre tiene el mismo tema, que poco sentido le veo a la vida.
Hace un tiempo aprendí que no hay que seguir siempre la fila, ni conformarse con lo poco que te da la vida, hace bastante dejé de seguir al hipotético líder.
Ya no voy a los casinos con tanta frecuencia, he dejado de frecuentar ese tipo de bares donde puede pasar de todo, no cojo tanto el bus y he empezado a correr por las tardes, me marco mi propio camino, y si vas a ser un obstáculo, mal sitio has escogido para ponerte.


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