jueves, 3 de mayo de 2012

Un pequeño detalle


Otra noche más de gloria, ¿por qué? Pues porque nos lo podemos permitir, ¿no?
No puedo decir que me toca levantarme porque ya estoy en la cima, y veo todo lo que necesito ver desde aquí arriba, muy cómodo.
No lo considero piedra, pero me libré de esa china en el zapato, me quité la espina, sacié la sed, y se acabó la obsesión, un baño tranquilo, una noche movidita, ¡que vida!
Que atrás se me queda el llanto, que atrás la desesperación, desde que salí de Villaescándalo, vivo de maravilla.
Nueva ciudad, nueva vida, nueva casa, pero sigo trabajando en lo mismo, aunque la monotonía se hace más duradera, más larga, pero mucho más divertida.
Me despierto con ganas de trabajar, con ganas de ganar, como hacía mucho que no me levantaba. Ya no corre prisa, sé lo que es vivir la vida al ritmo de Charlie Brown, sé lo que es bailar al ritmo de Pitbull y no me hace falta nada más.
Toda historia tiene su final, pero hasta que no me canse de teclear, vais a tener que aguantar la mía, mi historia interminable, incansable.
Se acabaron las gafas de sol, las gorras para entrar en casa, la voz extranjera forzada, hogar dulce hogar.
Tampoco es que haya descubierto América pero se me han olvidado esos ojos que son caramelo y esa piel color canela.
No me molestan las luces del escenario, es mío y solo mío, yo las enciendo y las apago, yo doy el espectáculo necesario de cada día, a veces bueno y otras,  malo, pero tampoco busco agradar a todos, ni si quiera a unos pocos, con poder dormirme tranquilo cada noche me basta.
Vuelve la salsa, la samba, el tango, como quieras llamarlo, vuelvo a sentarme en el despacho y delante de 3 o 4 micrófonos sin importancia, ellos no, la absorbo yo, pero vuelvo a sentar el centro de más de una mirada, será desprecio, admiración, envidia, no lo sé, pero no me hace falta la atención de nadie.
Volvemos al rodeo, a sacar el capote, a escuchar los aplausos, la gloria y el éxito vienen  de la mano y han llamado a la puerta y no pienso dejar que se vayan.
Sería todo tan precioso si pudiese evitar ese recuerdo, esa herida que casi sana pero no lo consigue.
Si no fuera por eso, porque…


No hay comentarios:

Publicar un comentario