jueves, 1 de marzo de 2012

Lesson Nº 18... Unexpected surprises

-         Buenos días, Mario.
-         Buenos días, que sueño tengo, menos mal que es sábado.
-         Sí, menos mal…
-        ¿Te pasa algo?, te noto algo seco.
-         No me pasa nada.
-         Nos conocemos desde hace demasiado tiempo, no sé si afortunada o desgraciadamente, pero sé que te pasa algo.
-         …Lo de ayer…
-         Aitor y Sandra, ¿no?
-         Bingo.
-         No le des importancia.
-         Mario, van a venir a por nosotros…
-         No creo que se atrevan…
-         Pero…
-         Vemos todos los días a sus hijos, si fallan en un supuesto asesinato, podemos hacer lo que queramos con Alicia y Dani.
-         ¿Quieres utilizar a los niños como moneda de cambio?
-         No me malinterpretes…
-         Es lo que das a entender.
-         Me refiero a que nos tienen algo de miedo.
-         Pues no se les notaba.
-         Les han enseñado a no mostrar sentimientos, de hecho a nosotros también nos lo enseñaron…
-         No saques el pasado.
-         Vale.
-         Me voy a dar una vuelta.
Se puso el abrigo y cerró la puerta tras él, Mario se quedó desayunando.
Dimitri bajó por las escaleras, el ascensor tardaba demasiado, necesitaba despejarse de lo sucedido, su carácter asustadizo provocaba que más de una vez se preocupase por el menor de los problemas que surgían.
Saco del bolsillo derecho de su abrigo un paquete de tabaco, sacó un cigarro, lo encendió con cuidado de que no se apagase y comenzó a fumar  apoyado en una tubería que sobresalía de la pared de fuera del portal.
Observó sin parar de un lado a otro, extrañado y asustado, sin duda buscaba alguna señal de que les estaban buscando, pero no encontró nada.
En un amago de tocar el telefonillo para que Mario le abriese el portal distinguió dos sombras a lo lejos muy conocidas que se aproximaban hacia él, acto seguido comenzó a llamar sin parar al telefonillo.
-         Sí…
-         ¡Corre, Mario, abre!
-         ¿Por qué llamas tan deprisa?
-         ¡Ábreme joder y te lo explico arriba!
Sonó el ruido del timbre y Dimitri abrió la puerta de un tirón y subió las escaleras a toda prisa sin percatarse de que el ascensor estaba disponible.
Mario le esperaba con la puerta abierta, Dimitri entró y cerró de un portazo.
-         ¿Qué haces, por qué tanta prisa? Recuérdame que te haga una copia de la llave…
-         Acabo…- dijo jadeando-…Acabo…
-         Suéltalo.
-         Acabo de ver hablando por el parque a Adolfo…
-         ¿Qué?
-         Sí, y eso no es lo peor, iba con Gennaro. Venían los dos buscando algo.
-         O alguien…
-         Tengo miedo…
-         ¿Qué hace mi hermano aquí?


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