martes, 20 de marzo de 2012

¡Corten!

Hay muchas maneras de describir a las personas, podemos empezar por los pies, o podemos empezar por la cabeza aunque a más de uno le falte.
Pero al fin y al cabo somos iguales como dijo el más grande.
Creo que existe una legendaria excepción, esa que confirma la regla, esa que se rodea de sus vasallos, nuevos y ‘’viejos’’, que se cree el rey del mundo, pero cuando le miran esos ojos azules que le conocen de verdad, se estremece, se empequeñece, es el objeto de su propia burla, de lo que critica, de lo que no desea, de su ‘’odiada’’ hipocresía.
No se pueden soportar los gritos de tantas personas a la vez diciéndote que te vayas al teatro, lo digo por experiencia. No puedes soportar, ¿una mirada?
Será que me quieres, me aprecias, me respetas, me idolatras, lo sé de sobra, no me hacen falta tus caricias en mi espalda, la tengo bien cubierta.
Pero nunca he logrado entender el truco, nunca he logrado saber cómo cambias de parecer tan rápido.
Siento que esto suene ofensivo, de nuevo mi espíritu provocador me traiciona y me hace escribir en 2º y no en 3º persona.
No te voy a dar lecciones, no puedo enseñarte a ser yo, a aguantar la presión, a saber cada día que me levanto que no soy mejor que nadie pero nadie es mejor que yo.
No soy quien para enseñarte nada, está claro que nunca habrá nadie como yo, el único, The Special One que se dice por ahí.
Esta vez la frase cambia, no soy yo, eres tú.

Al fin y al cabo siempre he pensado que eras una marioneta.

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