- ¿Qué quieres de mi, Adolfo?
- Nada, hacía bastante tiempo que no nos veíamos…
- No soy tonto, nos conocemos desde hace demasiados años como para que quieras engañarme.
- Está bien…
- ¿Qué quieres?
- Quiero saber el paradero de tu hermano.
- Pues te vas a Roma, al cementerio y buscas su tumba.
- No, está vivo, y le han visto Aitor y Sandra…
- ¿Qué? Pero… ¿y el accidente?
- Sobrevivió.
- Os lo dije, no podéis acabar con un tío así con un simple choque frontal con un árbol.
- Eso no es lo que importa ahora, lo que importa es saber dónde está, ¿vas a ayudarme?
- Me niego a que le encontréis y le matéis, mucho me ha costado explicarles en Italia como y cuando murió como para que ahora tenga que explicarles otro entuerto de los vuestros.
- Prometiste defender nuestra unión.
- ¿Yo? No, perdona, lo prometió mi hermano, no creo que mi bisabuelo estuviese de acuerdo.
- Putos rojos…
- Un respeto, alemán.
- O sea que no me vas a ayudar…
- No
- Nos ocuparemos de ti, adiós.
Adolfo se montó en u coche negro que llevaba siguiéndoles un buen rato sin que Gennaro se diese cuenta y se fue, Gennaro en un acto de pavor, sacó el móvil.
Mientras, en el balcón del la casa de Mario…
- Mario…
- Que pesado eres Dimitri…
- Tu hermano está llamado a alguien.
‘’ La mano arriba, cintura sola, da media vuelta, danza kuduro…’’
- Me está llamando a mí- dijo mirando su móvil.
- No lo irás a coger…
- ¿Sí?
- ¡Ímbecil!
- ¿Mario?
- Gennaro…
- Estás vivo, es verdad…
- Sí, ¿estás con los nazis no?
- ¿Dónde estás? Me van a seguir porque me he negado a delatarte…
- En el edificio de en frente…3º D…
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