martes, 20 de marzo de 2012

Lesson Nº 23... Traitor

Mario se dirigió  la puerta del colegio, para esperar a Dimitri. Un coche azul oscuro, exactamente igual que el de Dimitri aparcó en la puerta, Mario estaba inseguro, era irónico que fuese profesor de historia, que recordase mejor las fechas de las batallas de la II Guerra Mundial mejor que los cumpleaños de sus amigos, y no fuese capaz de memorizar la matrícula del coche de su mejor amigo, pero en ese momento el coche pitó con gran insistencia, al suponer que era él, entró en el coche.
Al entrar, dos individuos estaban sentados detrás, y no logró reconocer a ninguno de los dos, pero sí al piloto, Adolfo.
-         Pero… ¿Tú?
-         Yo…
En ese momento, uno de los dos hombres que se sentaban detrás sacó una jeringuilla del bolsillo y pinchó a Mario en el cuello, en escasas milésimas de segundo, este se quedó inconsciente.
-         Alessandro, te toca.
El otro hombre sentado atrás se levantó la capucha, era exactamente igual que Mario, una copia, pero no pareció sorprender a Adolfo, le quitó el móvil a Mario, que continuaba inconsciente, se lo dio a Alessandro y este salió del coche, el cual se alejó de la puerta.
Poco después, llegó el otro coche, este sí, el verdadero, con Dimitri dentro, y Alessandro, supuesto Dimitri, entró en él.
-         ¿Qué querías?- aparentó Alessandro.
-         Creo que nos han descubierto y vienen hacia aquí…
-         Joder, vamos a un lugar seguro, mi otro piso, sigue recto y gira en las próximas dos calles a la derecha.
-         De acuerdo.
-         Pero, ¿cómo has descubierto que nos seguían?
-         Gennaro dejó una nota en casa, les ha dado nuestra dirección, pero es de los  nuestros y dejó una nota en tu maletín, pero al salir a dar la clase se te cayó, la nota decía: Hermano, os están siguiendo, tengo que aparentar para lograr descubrir su nueva guarida así que les he dado tu dirección para que confíen en mí, vete al otro piso.
Mientras leía, Alessandro tecleaba en su móvil: ‘’Gennaro es un traidor’’ y se lo enviaba a Adolfo, al verle, Dimitri se extrañó.
-         ¿Qué haces con el móvil?
-         Nada, Manolo que dice que 2º B tiene una excursión mañana y que a primera hora no tengo que ir mañana.
-         Vale, mejor. ¿Es aquí?
-         Sí, gira.
Se encontraron con un callejón sin salida, Dimitri paró el coche.
-         Mario, aquí no hay nada.
-         Claro que no.
Alessandro se sacó una pistola de la chaqueta.
-         Ni yo soy Mario.
Alessandro disparó en el pecho a Dimitri repetidas veces, para asegurarse de que las heridas eran suficientemente graves como para que sobreviviese. Mientras la sangre de Dimitri caía sobre la tapicería del coche, Alessandro marcó con su teléfono.
-         Misión cumplida.


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