jueves, 8 de diciembre de 2011

Fantástica rebelión...


Recuerdos, dulces recuerdos…
No podría decirte cuando porque aquí el tiempo no vale para nada, está parado, nunca crecemos ni de cuerpo ni de mente, somos fieles a nuestra infancia aunque la inteligencia de unos destaque a la par que la ignorancia de otros.
No podría indicarte día, ni mes, ni muchos menos el año, porque hace bastante que gracias a Dios perdí la noción de todo.
Esa noche en la que los relojes resonaban por todo Nunca Jamás, esa noche en la que mi barco, mi tripulación y yo quisimos viajar a las profundidades del mar para nunca volver, esa maldita noche que despertaste al cocodrilo, esa noche en la que me visitaste ansioso cuando estaba débil, aprovechaste para atacar, y me quitaste la mano, y ahora me veo a lucir un garfio.
Pero déjame que te diga, que ahora ha llegado un punto en el que puedo llegar hasta a agradecerte esa noche, e incluso quiero repetirla.
Busco mi Guerra, busco mi venganza, porque  esa noche me marcó.
Desde esa noche no soy el mismo, no tengo dos manos, tengo ese garfio que me recuerda día a día todo lo que eres capaz de hacerme y volver a hacerme si no me defiendo, me recuerda que debo ser fuerte.
Pero desde ese día todo ha cambiado.
Ya no miro a nadie con los mismos ojos, ya no estrecho la mano a todos igual, ya no me hago el neutral, el indiferente con los problemas que me rodean.
Me he vuelto radical, demasiado, un poco al estilo jacobino.
He llegado a la conclusión, querido Peter, que cada vez que intentas atacar, revuelves el pasado, atacas con los recuerdos, uno a uno, poco a poco, vives en el pasado porque no tienes nada que hacer con tu presente.
M e he convertido en el perfecto narrador de una historia que jamás creí que contaría, el guionista de una de las mejores películas que sin duda llegarás a ver en tu vida.
Muchos han pasado por tu lado y ha depositado su mirada en ti, de hecho, a la par que lo han hecho con su mirada, han depositado también su confianza y creo que gustosamente se la has devuelto, claro está que hasta que traspasan los límites de tu intereses.
No sé si te has propuesto una meta en la vida, sé que uno de tus objetivos es conseguir todo lo que te propones, claro está y no sé si será otro pero está visto que remas a contra corriente. Tienes un pequeño bote y con él intentas ganar a un inmenso barco, yo creo que la decisión es tuya así que adelante.
Son palabras tras palabras las que te dedico, pero recuerda que esta vez yo soy el que marca el paso del baile, recuerda que yo abro y cierro los conciertos, yo decido.
Has perdido toda esa autoridad de la que presumías sobre tu historia.
Yo decido quien ataca y quien defiende.
Esta vez es el Capitán Garfio el que se rebela.


Por mi Garfio, que esta vez ganaré yo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario