viernes, 2 de diciembre de 2011

I play

No quiero mirar a los lados, no quiero ver la realidad.
Tengo demasiado orgullo para pensar en las consecuencias de todos mis actos.
Siempre digo que hay gente que vive del pasado porque no sabe que hacer con su presente. El azar es el único amigo fiel que tengo, que nunca falla, aún así, tampoco da respuestas. No puedo reprocharle nada. Es salir por la puerta, empujarla sin saber ni si quiera si va a abrirse, tampoco sé si hay alguien esperando al otro lado, tampoco sé donde voy, no sé nada.
Ni si quiera sé si llegaré a abrir esa puerta. Me limito a abrir los ojos, arropado por las sabanas azul celeste de mi cama.
Poner un pie sobre la alfombra sin saber si hoy es uno de esos días que vivo como un  cuento de hadas o una de esas películas de terror que no puedes ver 2 minutos seguidos.
Pero solo tengo la conclusión de que mi vida es una auténtica mierda, aunque parezca feliz, pocos saben que no lo soy.
Mi vida es una tanda de penaltys, porque el partido real lo he empatado en el minuto 120, con una prorroga arriesgada.
Sin duda soy el equipo que menos merece, no quiero afición.
He sido muchas veces la gran sorpresa, nadie esperaba nada.
Pero me da igual todo, yo, mi vida.
Estoy en mi pequeño punto de inflexión, paso de cóncavo a convexo.
Estoy aquí, en esta tanda porque he recorrido muchos pasos, he ganado muchos partidos, sin merecérmelo, sí, pero he sufrido, y creo que por una vez me toca merecerme algo en esta vida.
Son cinco disparos, en cada bala me juego la vida…
Tengo muy claro que no pienso desaprovecharlas…



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