viernes, 16 de diciembre de 2011

Quietos

Que caos, que paradoja, tantas maneras de describir una sola cosa.
Cada uno tiene su modo de describirlo, unos viven una historia real, con nombre y apellidos, otros simplemente se esconden tras la Torre Eiffel para mandar cartas sin destinatario a amores antiguos perdidos en el muro de Verona., y otros nos tomamos la vida sin humor, a base de metáforas.
Y continuaré con la misma, con… podría llamarle obsesión.
Dicen que el tiempo pone a todos en su sitio, en su lugar, en el que le corresponde, y no puede quejarse nadie, no se puede subir nota.
A mí me ha dado más vueltas que ha un tiovivo, he viajado del cielo al infierno, mi cabeza ha estallado,  hasta que me he hartado y una noche sola, triste, me aferré al único pensamiento alegre que me quedaba, y fui en la dirección adecuada, la segunda estrella a la derecha todo recto hasta el amanecer.
No entiendo como habéis llegado hasta mí, como podéis leer las inservibles palabras que os escribo, pero creo que es hora de descubriros los verdaderos secretos de aquí, por si no sabéis donde os habéis metido estáis en Nunca Jamás.
Me sentiré por unos momentos como un guía.
Lo primero y más abundante, nubes, recordad que venís del cielo, creeréis que no tienen importancia, pero son ellas las que nos indican la hora del día, recuerdo que rompí todos los relojes de este país.
No os extrañe oír gritos, es una rutina, se oyen de este a oeste, son esos maldito niños, aunque no sé si llamarles así, creo que son borreguitos, pero de alguna manera, no tienen nada, no tienen objetivo, son los niños perdidos.
Obviamente todo borrego necesita de alguien que le comande, un modelo a seguir, y ahí empieza la verdadera historia. A más de uno le sonará este nombre…Peter Pan, sí ese indeseable niño caprichoso que no tenía nada más que hacer que aprender a volar y surcar los cielos para mantenerlo todo vigilado.
Ese niño que se atrevía a soñar con todo, que ese día…bueno, ya os sabéis la historia.
Me he cansado de guiaros, creo que el resto del país os lo sabéis de memoria.
No me puedo creer que a estas alturas de la historia con todas estas páginas leídas, queráis cambiar la historia.
No, no me vais a quitar la gloria ahora que voy ganando, eso no lleguéis a pensarlo, porque mantengo ese pensamiento alegre que me hizo llegar aquí.
Mantengo mi barco, mi tripulación y a mi Smee.
Peter continúa en el bosque tranquilito, y la paz parece que se instaura, casi es un milagro, pero sinceramente, os conviene la guerra, necesitáis darle emoción a vuestra pobre vida.
Sois ridículos de verdad, esta vez no pienso picar.


Garfio afilado

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